DENVER, 03 Nov. 15 (
ACI) .- El P. Matthew Keller siempre fue el tipo de persona a la que le gustaban los autos. Cuando era adolescente, trabajaba como mecánico junto con su padre y su medio hermano. Al ingresar al seminario vendió su “hot rod” -un auto clásico modificado- y dejó atrás ese pasatiempo. No sospecharía que años después, su labor pastoral lo llevaría a reencontrarse con su antigua pasión por los autos.