Lecturas para este día: Romanos 14: 7-12. Lucas 15: 1-10.
¨Habrá alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta¨. Lucas 15: 1-10.
Un ministro había predicado un sermón muy impresionante acerca de la obra de salvar almas. Después de esto una mujer se le acercó y le dijo: ¨Yo soy una pobre viuda, tengo varios niños y tengo que trabajar tejiendo desde muy temprano por la mañana hasta muy de noche. ¿Qué tiempo me queda para ayudar?¨, él la miró bondadosamente, y le dijo: ¨¿Quién le trae el pan?¨. Ella respondió: Él panadero. Él sonriente, la miró y le dijo: Hermana, que Dios la ayude. La mujer se fue a su casa, y como ya era de noche se acostó: Pero no pudo dormir ni olvidar las palabras que él le dijo, y estuvo pensando en su deber de ganar almas.
La mañana siguiente se levantó más temprano que de costumbre, y no sacó la botella vacía. Cuando el lechero llegó y no vio dicha botella tocó en la puerta, salió la señora y con voz temblorosa le dijo al lechero: Escúcheme usted un momento por favor. Quiero hacerle una pregunta: ¿Alguna vez usted ha pensado en el lugar a donde irá cuando muera? El lechero la miró con ansiosa mirada, y le dijo: Esta pregunta ha estado molestándome durante las dos últimas semanas. La señora le dijo: Entre usted, y le diré algo sobre este asunto. Ella lo condujo a Cristo, y él lo aceptó como su Señor. En el corto espacio de un año aquella señora ayudó a 26 personas a que aceptarán al Señor Jesús