Lecturas para este día: Ezequiel 47: 1-2. 8-9. Juan 2: 13-22.
¨¿Qué signos nos muestras para obrar así ?¨. Juan 2: 13-22.
Disfrazarse de cristiano cuesta poco. Cumplir unas normas y unos ritos es cómodo y da seguridad. Nos libera del juicio severo de los guardianes de la ortodoxia, pero no nos da la alegría de Jesús y, muchas veces, no nos conecta con el Dios de Jesús.
Todos cuidamos el afuera, la fachada, lo que todos ven. Cuidar el interior, embellecerlo y fortalecer el carácter y la coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos nos preocupa mucho menos. Nadie lo ve. No es fácil vivir con radicalidad la fe que decimos profesar. Los otros siempre encontrarán inconsistencias y fallos entre nuestra fe y nuestra vida.
¨La iglesia no es un museo de santos. Es más bien un hospital para pecadores¨.
¨A Dios sólo tienes que adorar¨.
En el año 1953 un hombre llegaba a la estación de ferrocarril de Chicago. Le habían concedido el Premio NOBEL DE LA PAZ. Bajó del tren un hombre alto con el pelo enmarañado y un gran bigote. Allí lo esperaban las autoridades y los reporteros con sus cámaras. Les dio las gracias y pidió que le excusaran un momento. Caminó entre la multitud y se dirigió a una señora negra muy mayor que apenas podía llevar dos grandes maletas. Le cogió las maletas, la acompañó hasta el autobús y le deseó un feliz viaje. Albert Schweitzer pidió disculpas a las autoridades y reporteros por haberles hecho esperar. Un reportero exclamó: ¨Es la primera vez en mi vida que veo un sermón que camina¨.
Del Salmo 45: Un río alegra a la ciudad de Dios.