Lecturas para este día: 1 Samuel 18: 6-9. 19: 1-7; Marcos 3: 7-12.

¨Como Jesús había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: Tú eres el Hijo de Dios¨. Marcos 3: 10-11.

¡La obra salvadora de Jesús va teniendo éxito! Por eso lo aclaman entusiasmados, tanto la muchedumbre de gente que quiere ser curada por Jesús, como los espíritus inmundos. ¨Todos, se le echaban encima¨, era una señal de agradecimiento por los signos de salvación que había realizado Jesús para ellos (milagros, perdón de los pecados, etc.), pero también significa que la gente quiere entrar en contacto personal con Jesús, es decir, el Mensaje de salvación tiene que darse en una relación interpersonal entre Jesús y el hombre. Y, por supuesto, este entusiasmo por seguirlo, es signo de la eficacia de los poderes de Jesús. De hecho, San Marcos nos señala junto con el testimonio de la multitud, el de los espíritus inmundos. Estos espíritus simbolizaban, el poder enemigo de Dios, que debía ser destruido por el Mesías. El que los espíritus se presenten reconociendo su derrota es afirmar definitivamente la eficacia del Mensaje salvador de Jesús. De esta manera, nos señala San Marcos, cómo la respuesta del hombre a la salvación que ha recibido de Dios es seguir a Jesús, agradecerle conscientemente sus dones y proclamar en el mundo su victoria, todo esto, como fruto de su contacto personal con el Señor.

Cuantas veces ¨nos echamos encima¨ de Jesús para que nos ayude, nos perdone. para que nos dé su paz, ¡Y la hemos recibido! ¿Por qué, entonces, no somos capaces de proclamar este perdón, esta paz y este amor a nuestros hermanos? ¿Por qué nos empeñamos en destruirnos? Hasta eso que también los espíritus inmundos lo reconocían. ¿Será éste el caso?

Reflexión y comentarios…

Lecturas para este día: 1 Samuel 17: 32-33. 37. 40-51. Marcos 3: 1-6.

¨Jesús les preguntó (a los fariseos): ¿Qué está permitido en sábado? ¿Hacer lo bueno o lo malo? ¿Salvarle la vida a un hombre o dejarle morir?¨. Marcos 2: 18-22.

Jesús se ha presentado, ante todo, con una decidida y clara intención de satisfacer la necesidad fundamental del hombre que es su salvación, que su existencia tenga un valor y un sentido. Por eso, en el Evangelio de hoy San Marcos nos muestra a Jesús buscando solucionar los problemas humanos, más que ¨cuidar¨ unas normas o estructuras. Una ley inhumana, y por lo tanto, no obliga, cuando no protege al hombre, cuando no procura su felicidad, su libertad. Una ley así, se hace ¨despreciable¨ para Dios, puesto que no la impulsa el amor, sino el egoísmo interesado que busca ¨almacenar méritos¨ para ¨defenderse de Dios¨, que no lo ¨vaya a mandar al infierno¨.

No importa mucho la institución, sí, el amor a todo hombre. No importan ni sirven las estructuras si falla el amor.
No importan tus saberes y tus cualidades, si te sirven a ti y no sirven a los demás.
No importa tu puesto y tus dignidades y categorías, si ello te roba el ponerte a nivel de la gente humilde.
No importa el trabajo, si no lo haces por amor y en el amor.
No importan los éxitos o fracasos, pues el único fracaso es pasar la vida sin haber amado.
No importa tu dedicación y entrega, si no te dedicas a darte en amor humilde a los demás.
No importa ni la vida ni la muerte, pues muerto está el que no ama.

Amar es lo que importa siempre. Amar como Jesús es lo que verdaderamente importa. Si te falta el amor, sucede en la vida del espíritu como si a tu organismo le faltase el cerebro y el corazón. Sólo te santificas y te realizas como hombre (llamado a ser hijo de Dios) en la libre y amorosa donación de ti mismo. Si Dios es ¨amor¨, el amor de Dios es lo que importa.

Del Salmo 143: Bendito sea el Señor.