Lecturas para este día: Jeremías 18: 18-20; Mateo 20: 17-28.
¨Vengan, ataquemos al justo¨. Jeremías 18: 18-20.
Jeremías era una persona con una gran sensibilidad, que no se sentía apto para la misión que el Señor le estaba confiando. Tenía que anunciar grandes catástrofes a un pueblo, que aunque era muy obstinado y se había apartado de Dios, de su alianza y se había ido a adorar a otros ídolos, pero al final, a pesar de todas las persecuciones y obstáculos aceptará el reto…
Al director de las Misiones extrajeras se le presentó un joven que quería hacerse misionero. El director tenía la impresión que se trataba más de un entusiasmo superficial que de un compromiso serio. Lo envió al médico para que lo revisara si era capaz de sobrellevar la vida en un clima tropical. El médico lo revisó y luego le dijo: ¨Lo siento. Usted no puede ir a las Misiones porque viviría sólo un año. Seguro que moriría¨. Deprimido el joven se fue nuevamente donde el director de Misiones extranjeras y le comunicó el resultado. El director le preguntó:¨¿Esta usted dispuesto de ir allá por un año y morir luego?¨ El joven dijo: ¨Si, estoy dispuesto¨. ¨Entonces vaya en el nombre de Dios¨. El joven se fue a las Misiones y trabajó allí más de 50 años.
Cuando Dios quiere que un hombre le sirva 50 años, le servirá por 50 años aunque no haya las condiciones indispensables.
¿Estás dispuesto de ir por un año y morir luego?.
¿Estaríamos dispuestos?
Vamos a conversar cómo podríamos nosotros desarrollar un poco de este entusiasmo por el amor de Dios, cómo cargar con nuestra cruz y seguir a Cristo.
Del Salmo 30: Sálvame, Señor, por tu misericordia.