Debemos tener una imagen de Jesús Misericordioso en nuestro lugar de oración, y a las tres de la tarde colocarnos frente a ella y pedirle gracias al Señor mientras meditamos en su Pasión. Recordemos que esta Imagen es fuente de gracias y que tenemos que ir a ella para recibir gracias y dones, que solo se toman con el recipiente de la confianza. Los que veneren esta Imagen no perecerán, dice el Señor, y es una promesa solemne que Él ha hecho. Y no solo no perecerán eternamente, sino que obtendrán la victoria sobre sus enemigos ya aquí en la tierra. Por eso nosotros, los Apóstoles de la Divina Misericordia, debemos difundir esta imagen y hacer apostolado, pero, sobre todo, debemos nosotros rendirle homenaje y acudir a ella para obtener innumerables y grandes gracias.
Jesús, en Vos confío.
D/A
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