ERBIL, 10 Abr. 16 (
ACI) .- En el año 2014, cuando el Estado Islámico tomó las ciudades iraquíes de Mosul y Qaraqosh huyeron unos 120 mil cristianos. En este grupo había casi seis mil niños que perdieron sus hogares, escuelas, amigos y se vieron obligados a cambiar su estilo de vida. Pero no han perdido todo y lo que les queda es cada vez más fuerte: la fe.