Lecturas para este día: Hechos 12: 24. 13: 5. Juan 12: 44-50.
¨El que cree en mí, no cree solamente en mí, sino también en el Padre, que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve también al que me ha enviado. Yo que soy la luz, ha venido al mundo para que los que crean en mí no se queden en la oscuridad¨. Juan 12: 44-46.
Creer en Jesús, en última instancia es aceptarlo como Dios entre nosotros… y aceptar sus enseñanzas.
El que no acepta a Jesús, en cuanto a su naturaleza divina, es Dios, igual al Padre… es imposible que acepte sus enseñanzas cuando rebasan el límite del conocimiento humano. Aceptara de Jesús lo que no supere las capacidades de la razón humana… pero rechazará lo que verdaderamente vale la pena aceptar de las enseñanzas de Jesús.
¿ De qué nos sirve un salvador que no tiene facultades ni poder para reconciliarnos con Dios, después del pecado ? Porque si le negamos a Jesús su naturaleza divina (consustancial al Padre) como decimos en el Credo de la Misa, lo dejamos al mismo nivel de nosotros, que somos incapaces de encontrar el camino hacia Dios.
Aceptar a Jesús, es aceptar la Bondad del Padre, que se hace sentir directamente por medio de él. El es la luz para nuestra inteligencia en aquellas cosas que el entendimiento humano esta sumido en la oscuridad, cuando se trata del destino eterno, que es la última razón de esta existencia.
Jesús es fuente y signo de salvación para quienes lo han aceptado… sin componendas. Pero es fuente de condenación para quienes lo han rechazado.
El que cree en el Hijo de Dios, no está condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado. Juan 3: 18.
Del Salmo 66: Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya.
Reflexión y comentarios…
Oración final del 17 al 24 de abril
Los ángeles avisaron a las santas mujeres la resurrección de Jesús; pero él mismo se les apareció para consolarlas: ADORARON A JESÚS, ABRAZANDOLE LOS PIES.
Fueron las discípulas de Jesús, quienes participaron más de cerca en los dolores de la Pasión. Y fueron ellas las primeras en ser consoladas con la presencia de Jesús. ADORARON A JESÚS, ABRAZANDOLE LOS PIES.
Magdalena perdió la oportunidad de ver junto con sus compañeras a Jesús. Pero tuvo el privilegio de ser consolada por él, cuando se quedó sola junto al sepulcro vacío. ADORARON A JESÚS, ABRAZANDOLE LOS PIES.
Los discípulos de Emaús fueron acompañados por Jesús sin reconocerlo. Que Jesús nos acompañe también a nosotros en las horas difíciles. ADORARON A JESÚS, ABRAZANDOLE LOS PIES.
La Última manifestación de Jesús, el día de la resurrección fue para sus apóstoles. Que tengamos la dicha de sentir también nostros la presencia real de Jesús. ADORARON A JESÚS, ABRAZANDOLE LOS PIES.
La paz sea con ustedes, fue el saludo de Jesús para sus apóstoles. Que la paz del Señor la recibamos nosotros y nos acompañe toda la vida. ADORARON A JESÚS, ABRAZANDOLE LOS PIES.
De la incredulidad de Tomás no estamos exceptuados. Pidamos la gracia de la fe. ADORARON A JESÚS, ABRAZANDOLE LOS PIES.
Jesús tuvo la delicadeza de estar con sus apóstoles cuando regresaban de una pesca infructuosa, que se las hizo abundante. Que Jesús nos asista en lso afanes diarios para hacer eficiente nuestros esfuerzos. ADORARON A JESÚS, ABRAZANDOLES LOS PIES.