En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús detalla los tres elementos básicos de la fe: obediencia, amor y gozo. El amor es el centro; incluye obediencia y gozo.Cuando desobedecemos, es porque no comprendemos por qué no es una conducta amorosa; no nos damos cuenta que nuestro pecado interfiere con nuestra capacidad de amar y ser amado.Por otra parte, cuando obedecemos porque amamos, experimentamos gran gozo.
Obedecer porque amamos es de una fe madura. De niños, primero obedecíamos porque temíamos el castigo. Para experimentar gozo, debemos abandonar las razones infantiles por las cuales obedecemos los mandamientos de Dios. La obediencia adulta es esta: amamos a Dios tanto que deseamos seguir a Jesús de cualquier forma y en cualquier circunstancia, porque sabemos que Él nos ama y que sus mandamientos están basados siempre en el amor (incluso cuando no comprendemos cómo puede ser esto) y sabemos que podemos confiar en Él. Sería tonto no obedecer.
Y amamos tanto a los demás que no queremos pecar contra ellos.
El amor es como el aire a nuestro alrededor: podemos encerrarnos y nunca respirarlo y, así, nos morimos. De la misma manera, podemos cerrar nuestros corazones y nunca recibir el amor proveniente de Dios en cada momento y, así, nuestras almas lentamente mueren. Pero, cuando obedecemos a Dios, imitando la santidad de Cristo, siguiendo sus mandamientos, nos unimos a Él y, así, estamos sumergidos en su amor y experimentamos un gozo sobrenatural.
Si realmente comprendemos lo que sucede en el Sacramento de la Reconciliación, es gozo es nuestro primer sentimiento cuando salimos del confesionario. Es un gozo que surge de redescubrir que, a pesar de nuestra desobediencia, Dios aún nos ama y que, al reconciliarnos con Él, nos hemos abierto a recibir y experimentar, nuevamente, su amor más plenamente.
Considera cualquier mandamiento que tienes problemas para obedecer, sea de la Biblia o de las enseñanzas de la Iglesia. Pídele al Espíritu Santo que te revele de qué manera, este mandamiento, está basado en el amor. ¿De qué forma estás perdiéndote o malinterpretando el amor que yace en él?
En la primera lectura de hoy, los primeros cristianos debieron aprender a ensanchar su amor por Dios para poder incluir a los gentiles. Todos debemos permitir que Dios ensanche nuestros límites actuales para amar. Para crecer en santidad, debemos crecer más allá de nuestras formas antiguas y familiares de lidiar con las leyes que no nos gustan y las personas que no son agradables. Ese es el secreto para encontrar gozo sobrenatural.
He aquí una gran oración para comenzar cada día:
"Querido Dios, quiero obedecerte hoy; ayúdame a estar cerca de Ti. Gracias por ser tan bueno conmigo; te amo y deseo amarte más. Señor Jesús, sé mi gozo. Cuando estoy tentado a pecar, ayúdame a amar a los demás más plenamente. Quiero permanecer en Tu amor; ayúdame a obedecer al llamado a amar." | 
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