Lirio
No se mucho de botánica, apenas tengo un parque con pasto y algunas plantas en casa. Y conozco a los lirios por comentarios de terceros. Mi contacto más cercano con el crecimiento botánico es el pasto que en tiempos de primavera y verano hay que cortarlo con más regularidad porque crece más rápido. Si no visitás el parque por una semana vas a poder ver cuanto creció el pasto en tan poco tiempo. A pesar de mi ignorancia vegetal hay algo que si se. El crecimiento de las plantas es lento, muy lento.
Si te parás al lado de un lirio todo el día, no vas a poder notar jamás cuanto creció. Lo vas a ver siempre igual. Sin embargo, poderosas fuerzas se están movilizando para generar en esa débil planta un cambio significativo. Lo que es imperceptible para el ojo humano, es una realidad continua para Dios. Y solo te vas a dar cuenta, cuando lo veas en tu tiempo. Como el pasto después de una semana en el parque de casa.
Pero Pablo sabía que el crecimiento espiritual es un secreto. Es algo oculto. Por eso la Escritura lo compara al crecimiento invisible de las flores y los árboles. ¡Es imperceptible al ojo humano! Al final del día no verán cambio alguno. Pero Dios está obrando. Él es quien riega las plantas para darle crecimiento, y quien actua en tu vida para mejorarla.
Cada situación que Dios permite en tu vida, es parte de este proceso. Ningún crecimiento es simple, sencillo o instantáneo. Pero Dios está trabajando para que el jardín de tu vida, tenga la frescura y el perfume glorioso de un lirio, y la firmeza de las raíces del gran cedro.
Para que la gloria de tus ramas se extienda como el resultado visible de la sabia del Espíritu Santo que te inunda por dentro y que la fragancia de tu vida mejore el ambiente que te rodea. Tal vez sea muy duro para vos tener que soportar la dificultad que te toca atravesar en este proceso del crecimiento. Tal vez no veas hoy ningún progreso ni mejora. No te desesperes. Dios sigue trabajando
REFLEXIÓN — Sos un lirio en la mano de Dios, y te está regando |