El placer de dar nos introuce en la corriente inextinguible del amor.
Un amor que nos mueve a dar y a darnos sin medida y a vivir unidos.
En el flujo generoso del dar y del recibir hallamos nuestra felicidad buscando la felicidad de los demás.
Y la clave está en enseñarnos a dar siempre algo a los otros, conscientes de que es mucho lo que podemos ofrecer.
Toma hoy la decisión de dar siempre algo a cada persona que te encuentres y tu vida se llenará de amor y de alegría.
No se trata de dar cosas sino de regalar tiempo, una sonrisa, un abrazo, una flor, una tarjeta, un estímulo, una oración.
Ora hoy por 3 personas que trates o que veas y ese don silencioso te dará felicidad. Es un excelente modo de amar sin interés.
En saber dar y saber recibir está uno de los principios de la paz interior que anhelas y que es fuente de felicidad.
A/D