sin poder ayudar a nadie, ni siquiera a nosotros mismos. A veces el dolor es demasiado
intenso, te rompe por dentro, y piensas que nunca volverás a estar bien.
Si estás pasando por ese tipo de experiencia: no hay respuestas fáciles, no hay maneras
sencillas o “mágicas” de aliviar el dolor. Vas a tener que acostumbrarte a vivir con esa sensación
por un tiempo…
Pero nunca permitas que tus cargas impidan que sigas avanzando. Es cierto, estás sufriendo,
junto con otros cientos y miles. Pero llegará el progreso cuando seas capaz de extender la mano
de debajo de tu carga e intentes aliviar la carga de otro. Intenta hacer algo por otra persona que
también está luchando con su carga. Sal de ese estado paralizado, “derrite” el pánico con amor y no
dejes que tus propias cargas te aplasten hasta el punto de inmovilizarte.
Bárbara E. Johnson.