Aida Feliz semana!
"Jesús, queremos ver tu señal"
Los escribas y fariseos en la primera lectura de hoy, querían una prueba de que el poder de Dios estaba obrando en su mundo .Nosotros también la queremos. Pedimos a Dios que haga algo y luego empezamos a buscar evidencias de que nuestras oraciones están siendo respondidas. Cuando intercedemos por los demás, esperamos que pronto tengamos buenas noticias de ellos. Nuestras peticiones de oración suelen ir acompañadas de un deseo de recibir una confirmación de que Dios nos ha escuchado, se preocupa y está haciendo algo para que la vida sea mejor.
Pero Jesús dijo: "¡Una generación mala e infiel está ansiosa que le dé una señal!" Él no está dando a entender que es pecado querer signos. A menudo, Dios nos da signos; es una de las formas en que nos comunica su voluntad. El pecado ocurre cuando desconfiamos de Él, ansiosos por una señal que pruebe que nos ama y cuida - en lugar de confiar en que su bondad y su compasión son constantes y eternas.
¿Cuántas veces confiamos a Dios a una persona o situación y luego no pasa nada? El problema a menudo parece empeorar, ¿verdad? Recuerda esto: Dios nunca nos ignora ni nos abandona. La respuesta a la oración suele ser un proceso. Lamentablemente, debido al libre albedrío de las personas, el proceso podría tomar años.
Mientras esperamos, Dios nos invita a confiar más en Él. Él quiere que decidamos recordar que realmente se preocupa y que está transformando todo en un bien mayor en el que nosotros - y los demás - nos beneficiaremos. Jesús me enseñó a pensar de esta manera: todo está lleno de la actividad de Dios. Es imposible que Dios esté inactivo. Algunas respuestas a la oración requieren mucho tiempo de incubación, creciendo lentamente dentro del vientre de amor y misericordia de Dios. Y siempre - siempre - una nueva bendición nace. A veces, ¡podría ser gemelos! ¡¡O trillizos!! ¡¡¡O más!!!
La única prueba que necesitamos de que la bondad y la compasión de Dios están constantemente haciendo una diferencia, es que Jesús ya nos dio todo su ser: Dios se hizo hombre y murió por nosotros. La resurrección de Cristo es la prueba de que Dios tiene el poder y el deseo de redimir hasta las peores situaciones (la señal de Jonás) .
Cuando pides ayuda a Dios y luego no ves evidencia de que algo haya mejorado ¿se vuelve más intensa tu oración? ¿Empiezas a rogar y suplicar? Sí, yo también. Y cuando Dios no proporciona una prueba, nos frustramos y preocupamos, y luego nos enojamos. Sin embargo, no estamos realmente enojados con Dios. Estamos enojados con una idea limitada de quién es Dios. El "Dios" con el que estamos enojados es un Dios falso, incompleto, una imagen distorsionada del verdadero Dios.
Tenemos que aprender más acerca de quién es Dios realmente. Si Jesús estaba dispuesto a sufrir tan dolorosamente y a morir por nosotros, ¿no haría todo lo demás que necesitamos de Él? Si el Padre nos ama tanto que resucitó a Jesús de la muerte para que pudiéramos ir con Él al cielo, ¿no nos dará también todas las bendiciones que necesitamos aquí en la tierra?
Piensa cómo te sientes cuando estás rogando a Dios. ¡Así es como se siente Dios también! Mira la primera lectura de hoy. Aquí, Dios es el que está haciendo la petición. ¿Qué anhela recibir de nosotros? Sólo que hagamos lo que es correcto, que amemos la bondad y que caminemos humildemente con Él. ¿Responderás a SU oración hoy? |