LAS PUERTAS
DEL ALMA He cerrado una a una las puertas del
alma... quedándome a solas, en silencio, a oscuras, pero siempre hay
alguna que por no tener cerrojo, me lleva a escondidas, por doquier, a su
antojo. Con atisbo de luz parten afanosas ilusiones, los ojos ya cansinos
no quieren ni mirar. ¿Cuántas veces me levanté entre ruinas cayéndome de
nuevo, dejando de soñar? Ardiendo el horizonte ya no me conmueve, la
memoria temblorosa del mar se esfumará. Las rosas de la tarde se esparcirán
en vano, la caricia perdida ya nunca volverá… Las lluvia generosa bruñida
de esperanzas, ávida, piadosa, no calmará mi sed. La luna soñolienta sobre
el suelo dispersa me regalará el paisaje que ya no quiero ver. Dora
Forletti
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