Adiós!
Las cosas que mueren jamás resucitan, las cosas que mueren no tornan
jamás. ¡Se quiebran los vasos y el
vidrio que queda es polvo por
siempre y por siempre será! Cuando
los capullos caen de la rama dos
veces seguidas no florecerán... ¡Las flores tronchadas por el viento
impío se agotan por siempre, por
siempre jamás! ¡Los días que
fueron, los días perdidos, los días
inertes ya no volverán! ¡Qué
tristes las horas que se desgranaron bajo el aletazo de la soledad! ¡Qué tristes las sombras, las sombras
nefastas, las sombras creadas por
nuestra maldad! ¡Oh, las cosas
idas, las cosas marchitas, las
cosas celestes que así se nos van! ¡Corazón... silencia!... ¡Cúbrete de
llagas!... -de llagas infectas-
¡cúbrete de mal!... ¡Que todo el
que llegue se muera al tocarte, corazón maldito que inquietas mi
afán! ¡Adiós para siempre mis
dulzuras todas! ¡Adiós mi alegría
llena de bondad! ¡Oh, las cosas
muertas, las cosas marchitas, las
cosas celestes que no vuelven más! ... Alfonsina Storni
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