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la tristeza te invade,
¡sonríe! Si el sonreír no
basta, ¡silva! Si el silbar falla, ¡canta! Busca dentro de ti los
muchos motivos que tienes para ser feliz y estar agradecido, la tristeza
se irá desvaneciendo como la nieve ante la caricia cálida del sol. Si
estás triste, no le des más cuerda al abatimiento, levanta tu
ánimo! Actúa como una persona feliz, y esta emoción se irá
convirtiendo en una actitud
permanente...
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