Mantener el honor es mantener la coherencia entre pensamientos, palabras y acciones. El verdadero honor de una persona reside en su congruencia. Esto se logra a través de cuidar de los pensamientos y tenerlos en la medida de la necesidad. Después, verificar que cada palabra hablada haya sido pensada cuidadosamente. No un pensamiento lento y pesado, sino algo automático, basado en los valores del ser. Por último, que cada acción no vaya contra lo que se habló y pensó. De esta forma, la persona verá que todos la respetarán, pues sentirán que cada paso suyo está lleno de lo más bello de la autoridad de ser.
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