La primera lectura de hoy describe un momento crucial para la Iglesia primitiva. Puesto que el cristianismo era el cumplimiento del judaísmo, parecía lógico para los primeros cristianos que se obedecieran las leyes judías. Comer con los gentiles era un pecado, según la ley judía, porque comían comida que estaba prohibida en la Torá.
La escena se abre con Pedro en problemas por infringir esta ley. Había evangelizado a gentiles sin convertirlos primero al judaísmo. El escándalo resultante le envió a Jerusalén para defender sus acciones. La desaprobación del Consejo creó un obstáculo mayor, no sólo al Ministerio de Pedro, sino a toda la idea de difundir el cristianismo más allá de las fronteras judías.
Pedro fue a través de Jesús para llegar al corazón de los miembros del Consejo y abrirlos al plan de Dios. La llave que abrió la solución fue su confianza en el poder del Espíritu Santo para darles dirección y orientación a través de dones sobrenaturales como la visión de Pedro.
Igualmente hoy, cuando nos enfrentamos a las pruebas de ser juzgados mal y desaprobados por nuestros compañeros cristianos, podemos superarlas con éxito confiando en Jesús y apoyándonos en los dones de su Santo Espíritu.
Si la gente ha cerrado una puerta a algo que Dios quiere que hagas, Jesús quiere llevarte a una oportunidad en otro lugar donde puedas proceder. Si te ha dado una pasión para la que parece que no hay salida, busca una salida que no habías planeado.
Por ejemplo, durante muchos años, me sentí inspirada a dar homilías, pero yo no soy un sacerdote, ni jamás lo he deseado ser. Yo no creo que esta inspiración era Dios dando pruebas de que las mujeres debieran convertirse en sacerdotes. Las mujeres pueden tener papeles muy dignos, muy importantes como ministros de la Iglesia. Mi falta de ordenación no fue obstáculo para mi don. Dios tenía otros planes. Y ya que nunca tuve la oportunidad de dar reflexiones a laicos durante la Misa, esperé a Jesús que me mostrara qué hacer con este don.
Con el tiempo, un par de amigos y yo empezamos a enviarnos correos electrónicos acerca de nuestros pensamientos sobre las lecturas de las Misas diarias. Mientras yo escribía mis reflexiones personales sobre las escrituras, mis amigos empezaron a compartirlas con otras personas, y así nacieron estas Reflexiones Diarias de las Buenas Nuevas (noviembre de 1999). Hoy estoy "dando homilías" a miles de suscriptores de todo el mundo, además a una incontable cantidad de visitantes de otros sitios web que han sido autorizados a poner mis reflexiones en sus páginas, más Facebook, Twitter y otras redes sociales, sin contar los boletines parroquiales (provistos por Catholic Digital Resources).
Sólo Dios sabe el tamaño de mi "congregación" diaria. ¡Además, algunos de mis suscriptores son sacerdotes que utilizan estas reflexiones en homilías reales.
Porque he permitido que Jesús me guíe, estoy usando los dones del Espíritu en una forma que va más allá de lo que podría haber soñado. ¡Dios es impresionante! Espera a que él te dé una salida para tus pasiones. Si te está llamando, te guiará.
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