En la lectura del evangelio de hoy, Jesús envía a sus discípulos por delante, como evangelizadores. Esta es nuestra misión; es la misión de la Iglesia. Somos enviados como evangelizadores al final de cada misa. El sacerdote, hablando por Jesús, nos autoriza con palabras como: "Vayan, y anuncien el evangelio del Señor" o "Vayan en paz, glorifiquen al Señor con sus vidas." O, como en Lucas 10, 3, "¡Pónganse en camino! ¡He aquí, que yo los envío!"
Jesús nos lo encarga y nos manda para hacer la diferencia en el mundo, con las capacidades con las que contamos, en nuestro hogar, en donde trabajamos, en donde nos recreamos, etc.
"¡Id!" es el verbo de acción principal en la Cristiandad. "Yo los envío" es la orden del día en la Cristiandad. La palabra griega para "enviado" evolucionó a la palabra "apóstol" - un apóstol es un discípulo enviado por el maestro para hacer el trabajo que el maestro le asigna.
Todos los cristianos deberían madurar en apóstoles. ¡Todos tenemos apostolados! Nuestros apostolados son misiones de Jesús en donde podemos emplear los dones que tenemos, con lo que hemos aprendido, donde sea que nos encontremos.
Hay cuatro etapas en el apostolado. Primero está la PREPARACIÓN, cuando somos discípulos y somos disciplinados por Jesús. Aprendemos de nuestras dificultades. Descubrimos lo que nos apasiona. Maduramos en el reconocimiento y uso de nuestros dones y talentos.
La siguiente es la PARTICIPACIÓN, cuando nos volvemos activos en el ministerio. Aun antes de que terminemos nuestra preparación, empezamos a usar nuestros dones y pasiones y la nueva sabiduría obtenida en el servicio de Dios. Y por cierto, si no encuentras una salida para el servicio que le puedes brindar a Dios, contáctame a mí en Ministerios de las Buenas Nuevas.
Con frecuencia podemos abrir puertas que llenaran el deseo de hacer una diferencia para el reino de Cristo. Ministerios Buenas Nuevas es en plural - no somos Ministerio Buena Nueva - porque hacemos diferentes formas de ministerio bajo la misión general de acercar a otros a Cristo y para ayudarlos en su viaje al cielo. ¿Qué te gustaría hacer con la preparación por la que has pasado? ¡Háblanos de ella! Ve a gnm.org/about-join .
La siguiente, si de verdad queremos ser verdaderos apóstoles, es entrar a la PRUEBA. Vamos a tener pruebas que nos van a retar cuando estamos llamados a servir, como el oro purificado en fuego. Para algunos, es la "noche oscura del alma" y puede continuar por años.
Por ejemplo, nos encontramos en una relación difícil que nos reta a amar y perdonar con sacrificio. Nuestros ministerios pueden ser interrumpidos por obstáculos que ponen en entre dicho nuestra confianza en Dios y disminuyen nuestra habilidad para discernir hacia donde él nos está llevando. Si no salimos huyendo de estos retos o renunciamos al beneficio de una vida fácil, estamos listos para la cuarta etapa: PARTICIPACIÓN SIGNIFICATIVA, que es cuando somos lo suficientemente capaces de alcanzar todo nuestro potencial y hacer la gran diferencia.