Dios nos anima y confirma
Si estás sirviendo a tu familia, a tu iglesia, a tu empleador, a tus clientes o a tus amigos de cualquier manera, ¡Dios aprecia lo que estás haciendo! Ese es el mensaje de la primera lectura de hoy.
A veces parece como que nuestros buenos esfuerzos hacen poca diferencia.
Esta escritura es la voz compasiva de Dios que nos anima. Él te anima y te confirma en los servicios que das. Aquel que comenzó una buena obra en ti no se ha olvidado de tus esfuerzos. Está muy contento con lo que ya has hecho y te está pidiendo que continúes sirviendo en su reino con el mismo celo, las mismas ganas que tenías al comienzo -- por el bien de los demás.
Por ejemplo, Good News Ministries, que mi esposo Ralph y yo fundamos en 1995, realmente comenzó dos años antes cuando algunas personas cerca de Tampa (Florida) rezaron el Rosario pidiéndole a Dios que enviara a alguien que pudiera comenzar este ministerio. En aquel entonces, vivíamos en New Jersey y sin ningún tipo de plan de mudarnos. Un año después, Ralph y yo asistimos a la Escuela de Evangelización de Good News de Charlie Osburn, en Pensacola, Florida.
Ahí, mientras rezaba de rodillas delante de una estatua de María pidiéndole poder involucrarme en este ministerio, sentí una presencia santa, invisible a mi lado -- una presencia femenina vestida de azul. No podía creer que nuestra Madre Bendita me visitara personalmente, pero luego me di cuenta de que ella había sido enviada a guiarme gracias a los rosarios que otros estaban rezando.
En un año Jesús nos llevó a Tampa y sólo 30 días después conocimos a un sacerdote, una parroquia y un equipo central preparados y ansiosos para acoger la Escuela de Good News bajo nuestro liderazgo. Comenzamos a organizar seminarios, misiones parroquiales y conferencias de una semana de duración. Dios confirmó, Dios animó y el ministerio creció. (Llamémoslo la Fase 1).
Entonces llegaron las dificultades. Comenzamos la prueba por la que pasan todos los que realmente quieren ser ministros eficaces de Cristo: ¿practicaríamos lo que predicábamos? Nuestras pruebas hicieron que todo se volviera al revés. Y Dios confirmó, Dios animó, soportamos, esperamos, perdimos al sacerdote que se había convertido en nuestro capellán, Ralph perdió la libertad de dedicarle tiempo al ministerio, el equipo central se dispersó y el único lugar donde creció el ministerio fue en Internet, más que nada gracias a mí. (Fase 2).
Una y otra vez Dios nos recordaba sus promesas con respecto a la obra que había comenzado en nosotros, así como lo hizo con Abrahám: "Bendeciré tu ministerio y lo multiplicaré". Así que, gracias a Dios, cada prueba ha estado produciendo frutos como nunca jamás nos imaginamos en el principio -- frutos que bendicen a los demás en abundancia, no sólo a través de Internet, sino también en encuentros personales y en charlas en vivo.
Eventualmente comenzó la Fase 3. Un equipo de un miembro, creció a cuatro y a veces a cinco para permitir que todo continuara creciendo. Gracias a las pruebas que soportamos en la Fase 2 (algunas de las cuales aún no han terminado), somos capaces de ayudar a personas a las cuales les seríamos inútiles de cualquier otra manera. Puedo escribir reflexiones que tocan a las personas en el corazón de sus propias pruebas, como si (de acuerdo a lo que me han dicho algunos lectores) estuviese ahí mismo en sus casas.
Si estás sufriendo, recuerda que Dios ha intervenido con un juramento. Si te refugias en él, puedes aferrarte a la esperanza que se encuentra ante ti. Este es un ancla para tu alma. Lo que sea que hagas para Cristo en medio de tus tribulaciones se convierte en la base de una obra que un día él completará -con enormes bendiciones para los demás.