LA SOMBRA DEL AMOR
La sombra del amor vive en acecho. acentúa para después desdibujarse en el tiempo y la distancia. Reaparece como si fuese un fantasma invasor de mi propia intimidad. Libo una copa de vino y te reflejas en el cristal como sello que no quiere disolverse o figura que por doquiera se ha de estampar. Las notas del violín invaden las neuronas y penetras como nota musical para decirme que aunque ya no existes en física esencia seguro que no te podré olvidar. Abre sus pétalos, la rosa, y su fragancia empieza a dispersar. igual que yo a tu recuerdo eterno como miel de arica empalagosa me debo acostumbrar. Trina Lee de Hidalgo
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