Parte 2
Veamos...
Existen en la actualidad, diversas formas y enseñanzas para tratar de llegar al conocimiento de qué, o quién es Dios, por lo que a través de los tiempos, la historia nos revela que el hombre siempre ha estado inquieto en referencia a este asunto, prácticamente desde su creación y hasta la fecha, tiempos en los que han surgido, crecido y desaparecido doctrinas que han tratado de aclarar este profundo misterio. Pero también a la fecha han permanecido doctrinas o dogmas que se han convertido, para quien las ha adoptado, en la forma verdadera de alcanzar ese conocimiento.
También existen varias asociaciones que han tratado de llegar a él siguiendo métodos trazados a través del conocimiento de humana sabiduría, tomando invariablemente, de enseñanzas de doctrinas existentes y doctrinas que existieron, lo que les ha parecido lo más cercano a la verdad, interpretada ésta según el libre albedrío humano. Sólo que de todas esas doctrinas para conocer a Dios, resalta una que fue capaz de dividir en dos partes los tiempos históricos del mundo, y ésta es: la doctrina de Jesús llamado el Cristo.
No se pretende juzgar o descalificar de ninguna manera la veracidad de esas doctrinas o dogmas diferentes a la fe cristiana, sino más bien hacerlas dignas de respeto porque también buscan el amor y la misericordia de Dios y el conocimiento para entender el propósito de la existencia del hombre, es decir: de dónde viene y a dónde va. Pero, de lo que verdaderamente se trata, es de que si todos los que creemos en Jesús de cualquier Iglesia o denominación tenemos un fundamento que hemos aceptado a través del Nuevo Testamento para conocer la voluntad de Dios, entonces deberíamos interesarnos verdaderamente en estudiar, reflexionar y meditar en su contenido para llegar a ese conocimiento, para que así nuestro cuerpo, alma, mente y espíritu se sintonicen y vibren en perfecta armonía en la Trinidad Santa y Perfecta de Dios.
Desafortunadamente la Palabra de Dios que Jesucristo nos vino a enseñar, se ha visto envuelta en diversas tradiciones religiosas que a fuerza de quererla interpretar con razonamientos y pensamientos de hombre, a sufrido preocupantes cambios en su percepción y aplicación primitiva, y esto se ha dado, porque el hombre la ha ido adaptando cada vez que así lo ha creído necesario a los tiempos en que las cosas del hombre han ido cambiando, pero sobre todo, de acuerdo a ambiciones humanas de poder y de riqueza, y es por eso que actualmente nos encontramos inmersos en varias tradiciones religiosas que más que nos acerquen debidamente al Reino de Dios por el camino a la obediencia fiel de su Palabra dada a Jesús, vamos siendo desviados por otros senderos más largos para llegar a él.
Esta situación llevó al hombre a dividir la fe cristiana en dos grandes partes, por un lado, la Iglesia católica, apostólica y romana, y por el otro, que en razón de no estar de acuerdo con la Iglesia católica en la forma de hacer las cosas en la doctrina de Jesús, se denominó Protestante.
Por las mismas causas, al darse esta división y dentro de la misma forma protestante, surgieron otras denominaciones en la Iglesia Cristiana tales como la Iglesia Ortodoxa, la Iglesia Anglicana, la Iglesia Metodista, y varias más, cada una por lo regular, con su forma muy particular de interpretar y transmitir la enseñanza de Jesús para intereses muy particulares, lo que ha traído como consecuencia que se hayan ido formando diversas denominaciones cristianas, que a fuerza de llevarlas a cabo con regularidad se hayan llegado a considerar, en cada una de ellas por quienes la practican, como la forma correcta de entender, transmitir y aplicar la enseñanza que Jesús comparte al hombre.