Parte 8
Sabiendo Dios que el hombre en su condición humana, física y materialista y su formación religiosa tradicional, nunca podría por si mismo cumplir con la Ley que lo llevaría de vuelta al Paraíso dispuso, que si por una mujer entró el pecado y dio origen a la Ley que condenaba al hombre, por otra mujer entraría la gracia del perdón de Dios que lo libertaría de esa condenación. Esa maravillosa mujer por la gracia de Dios fue la virgen María, mujer formada en la santidad, mujer que Dios escogió desde el vientre de su madre, y aún desde antes para que fuera el canal bendecido por el cual naciera el Hijo del Hombre al que el Padre confirmó a su tiempo como su Hijo Unigénito. Por eso su Palabra dice en boca del Apóstol Pablo:
Pero, escúchenme, En una casa el hijo ya es dueño de todo, pero mientras es niño en nada se diferencia del esclavo. Está sometido a quienes lo cuidan y se encargan de sus asuntos hasta le fecha fijada por su padre. Lo mismo nosotros, pasamos por una etapa de niñez y estuvimos sometidos a las fuerzas y principios que rigen al mundo. Pero, cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, el cual nació de mujer y fue sometido a la Ley, con el fin de rescatar a los que estaban sometidos a la Ley, para que así llegáramos a ser hijos adoptivos de Dios. Ustedes ahora son hijos; por esta razón, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su propio Hijo que clama al Padre ¡ Papaíto!. Así pues, ya no eres esclavo, sino hijo, y tuya es la herencia por gracia de Dios. En otros tiempos no conocían a Dios, y sirvieron a los que no son dioses. Pero ahora que ustedes conocieron a Dios, o más bien, que él los ha conocido, ¿cómo pueden volverse a cosas miserables y sin fuerza? ¿ Otra vez quieren someterse a ellos?. Ya que vuelven a observar días y meses y tiempos y años, me hacen pensar que me haya fatigado inútilmente
Gálatas cap. 4: versículos del 1 al 11
Reflexionemos:
¿Es usted de las personas que prefieren seguir dejando toda la responsabilidad de sus asuntos espirituales en quienes lo cuidan y lo alimentan de la Palabra, porque no ha querido, o no ha tenido tiempo para crecer espiritualmente a través del estudio, reflexión y meditación en la enseñanza de Jesús y por lo mismo sigue permaneciendo en esa etapa de niñez?
A muchas personas les ha sido dado el discernir la enseñanza de Jesús a través de la meditación seria y profunda de su Palabra plasmada en el Nuevo Testamento y están reconociendo los tiempos nuevos del Espíritu Santo, por lo que se han estado levantando de sus asientos para recibir en sus corazones el Espíritu de la Verdad y alcanzar la plenitud de los tiempos, dejando de observar días y meses y tiempos anteriores para guardar y enseñar a cumplir fielmente la Palabra de Jesús como la indiscutible voluntad de Dios y dejar de ser esclavos de las cosas y tradiciones religiosas de este mundo para poder ser verdaderamente levantados a su condición espiritual, para no solo ser llamados hijos de Dios, sino ser reconocidos como sus obedientes hijos y reclamar la herencia prometida, que por su gracia y misericordia infinita será compartida con nosotros a través de Jesucristo Nuestro Señor.