Parte 24
Al identificarnos plenamente con Dios a través de estas consideraciones, estaremos en la mejor posición para querer integrar correctamente nuestro ser humano, es decir, unir y fundir, propiamente dicho, nuestro cuerpo con nuestra alma, unir y fundir nuestra alma con nuestro espíritu, y unir y fundir nuestro espíritu con el Espíritu del Hijo Único de Dios, Jesús, quién se encuentra unido desde siempre y para siempre, con el Espíritu Santo de Dios, de tal manera, que logremos, que a través del discernimiento espiritual de la Palabra, puedan vibrar todos ellos en forma armoniosa y rítmica y así se convierta nuestro ser en afluente de la fuente original de vida verdadera, esa fuente de la que brota incontenible el Amor, la Tranquilidad, la Prosperidad y la Salud que todo ser humano desea, esa maravillosa fuente en la que encontraremos todas las respuestas a todas nuestras preguntas, todas las soluciones a todos nuestros problemas, toda la provisión a todas nuestras necesidades; Todo quiere decir, Todo, completo, no hay medias tintas, ya que la invitación que aquí se hace, no es de ninguna manera para buscar nuestro origen, la razón de nuestra existencia, o a dónde nos dirigimos con conocimientos tradicionales de humana sabiduría con los que hemos dejado que se manipule nuestra mente, dicho esto, sin el afán de molestar a nadie, por lo que, si nos dejamos conducir por todo lo anterior, lejos de acercarnos al camino de la verdad a la que queremos llegar, nos irá llevando por senderos más largos para llegar a él, ya que sin lugar a dudas seremos ubicados nuevamente en el lugar en el que actualmente nos encontramos, es decir, en el plano material en el que vivimos, y al cual, por tradición, le damos la más grande importancia en nuestro desarrollo, y esto nos distrae enormemente de querer conocer acerca del plano espiritual en el que, por origen, deberíamos desenvolvernos. Nos distrae, porque toda la información que recibimos en nuestra mente proviene de ese plano tradicional y materialista en el que el conocimiento espiritual ha sido manipulado de muchas maneras para seducir al hombre, y así, al recibir en nuestro cerebro toda esa información ya procesada en la mente, es enviada a nuestro cuerpo para tratar de cambiar esas situaciones negativas en el trabajo, en la familia, en la sociedad, en fin, en todos esos círculos en los que nos desenvolvemos y en los que de alguna manera no encajamos como quisiéramos.
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