Parte 38
En primer lugar, espiritual, para poder entender toda la enseñanza humana como algo que Dios tiene para nosotros y a quién deberíamos darle en primerísimo lugar la gloria, el honor y la alabanza, agradeciéndole y pidiéndole que utilice esos conocimientos para llevar a cabo su plan para el hombre.
En segundo lugar, mental, ya que el alma se encuentra en el mundo o dimensión espiritual donde se desarrolla la mente humana y el lugar en donde se recibe todo el conocimiento sin principio ni fin que mana de la Mente de Dios, y por añadidura, todo el conocimiento que mana de este mundo tradicional y materialista.
En tercer lugar, corporal, ya que nuestra mente transmite y siembra en nuestro cerebro la forma de conocer las profundas maravillas del Reino de Dios y las maravillas de este mundo material, para que, conociendo lo anterior, disfrutemos en armonía con todo lo que nos rodea para no continuar viviendo en el descuido, en la ambición, en la soberbia y en la violencia tradicional humana, todo lo cual podríamos evitar si en lugar de hacer las cosas con los mandamientos y enseñanzas de hombre en el Nombre de Dios, las hacemos con los mandamientos y enseñanzas de Dios a través de la Palabra de Jesús para que el cuerpo actúe de acuerdo al orden y para el propósito de Dios.
La preparación espiritual debería de ser la base primordial de todas las enseñanzas, ya que en ella se encierra el conocimiento total para encontrar la verdadera razón y el motivo fundamental de nuestra existencia.
Veamos, si preguntáramos a alguna persona que ha sobresalido en todas sus empresas en una forma excepcional a base de esfuerzo, trabajo y sacrificio, o valiéndose de artimañas o abusos, si tiene alguna necesidad teniéndolo todo en lo material?, sin duda, usted como yo hemos escuchado la respuesta que muchas de ellas darían, ya que a pesar de todas las riquezas en dinero o posesiones que han acumulado, no han podido encontrar esa paz y tranquilidad que han buscado de esa manera. La realidad, es que la base de la educación y aprendizaje del hombre se ha centrado casi al cien por ciento en lo material para sobresalir en esta vida de cualquier forma y manera, y que la educación espiritual se ha limitado a la enseñanza tradicional humana en la que se piensa que con asistir irregularmente a las Iglesias para recibir la Palabra de Dios sin tener que dar nada a cambio, salvo en lo económico o en lo material, es suficiente para estar cumpliendo con la voluntad de Dios.