parte 82
Por eso esforcémonos en el estudio y meditación de su Palabra, y seamos valientes para guardar y enseñar a cumplirla como la voluntad de Dios.
Dijo además Jesús:
"¿A que cosa se asemeja el Reino de Dios, y con que lo puedo comparar?
"Es semejante a un grano de mostaza que toma un hombre y lo siembra en su jardín. Crece, llega a ser un frondoso árbol y los pájaros del cielo se posan en sus ramas."
Lucas. 13: 18, 19,
Pidamos al Padre en el Nombre de Jesús, la conducción del Espíritu Santo Intérprete para discernir lo Palabra que acabamos de leer. Vemos que la Palabra de Dios nos dice que su Reino es para todo aquel que toma la semilla de la fe de Dios que se encuentra en el alma y que por medio de su mente, la siembra en su jardín del alma o cerebro y la cuida con esmero, proporcionándole los nutrimentos que requiere a través de la Palabra de Jesús, para que de esta semilla, empiece a brotar fuerte y vigoroso el árbol de los Dones y el Fruto del Espíritu para que los ángeles del Cielo se posen en sus ramas y disfrutemos todos bajo su sombra del Reino de Dios en abundancia en este mundo.
El hombre creyente de Jesús que sin embargo se ha resistido a guardar y enseñar a cumplir la Palabra de Jesús como la indiscutible voluntad de Dios, creerá que por estar bautizado y creer en Jesús ya está en el Reino de Dios, y no es así, ya que lo que le ha sido permitido es percibirlo, pero para encontrarse dentro de él, no basta con creer y ser bautizado, sino realmente creerle al Hijo de Dios.
La siguiente Palabra de Jesús nos confirma lo anterior.
"La llegada del Reino de Dios, no es cosa que se pueda verificar. No se va a decir: Está aquí o está acá. Y sepan que el Reino de Dios está en medio de ustedes."
Lucas. 17: 20, 22,
¿Qué nos está diciendo Jesús con esto? Sigamos siendo guiados por el Espíritu Santo Intérprete y discernamos juntos esta Palabra.
Jesús les dice eso a los Judíos, por la incredulidad que ellos manifiestan acerca de la investidura que Jesús dice poseer de parte de Dios, y además, porque muchos aún no comprendían, y muchos actualmente no comprendemos, que al Reino de Dios no se le puede ubicar en un pedazo de tierra, o en un lugar específico en ningún lugar del mundo, ya que el Reino de Dios no es algo que geográficamente se pudiese verificar, sin embargo, Jesús nos otorga una pista de dónde se encuentra realmente el Reino de Dios, y al hacerlo, nos está diciendo y confirmando que ya se encuentra aquí, en medio de nosotros, en nuestra mente, desde el mismo momento en que él verdaderamente nació en nosotros para que quisiéramos conocer de él, por eso dijo Juan Bautista en el momento en que Jesús se acercaba para ser bautizado en las aguas del río Jordán:
"Cambien su vida y su corazón, porque el Reino de los Cielos se ha acercado"
Mateo. 3: 2