Esta luz, este fuego que devora.
Este paisaje gris que me rodea.
Este dolor por una sola idea.
Esta angustia de cielo, mundo y hora.
Este llanto de sangre que decora
lira sin pulso ya, lubrica tea.
Este peso del mar que me golpea.
Este alacran que por mi pecho mora.
Son guirnaldas de amor, cama de herido,
donde sin sueno, sueno tu presencia
entre las ruinas de mi pecho hundido.
Y aunque busco la cumbre de prudencia
me da tu corazon valle tendido
con cicuta y pasion de amarga ciencia.