¿Si miran a este wey?, Mírenlo bien, se llama Arturo Saldívar, abogado, doctor en derecho y magistrado de la Suprema Corte. Ha polemizado estas semanas por resaltar las anomalías en la detención de la francesa acusada de secuestro Florence Cassez. Recurriendo a la bienaventurada jurisprudencia y las anomalías en el caso, su proyecto de revaluación podría dejar en libertad a la francesa.
Obvio las víctimas han puesto el grito en cielo, que por anomalías sea exonerada de su delito. Su servidor no está empapado del caso, ni siquiera sabe qué tan corresponsable es la francesa del delito por el que fue sentenciada. Pero lo que sí sé, es que:
- Es injusto, cínico, culero y hasta malinchista, abrogar la sentencia de un delito tan grave como el secuestro, por irregularidades en el proceso de detención.
- Que se castigue a los involucrados en las irregularidades, pero muy diferente que por esos tarugos se minimice la falta de los secuestradores.
- El ministro y simpatizantes, además del presidente francés Sarkozy, chalanes y familiares de la secuestradora, demuestran, como lo hizo saber el gilipollas presidente francés, que les vale madre el mexicano, poco les importan los mexicanos, poco les importa si un ciudadano francés asesina, trafica, secuestra; lo que les importa es el beneficio extranjero encubierto con descarada diplomacia.
- Este caso ha provocado problemas diplomáticos que no entiendo por qué chingados, ¿a caso es un detalle del presidente Sarkozy?
- Han de decir que el ministro no es cualquier pendejo, pues doctor y ministro!! Pero apuesto al lector que ese wey ni es más inteligente que su servidor, ni más culto, y mucho menos tiene más sentido de la justicia y noble corazón como el de uno. No le temo a su doctorado, pero sí a su influencia maliciosa. Aquí estoy, a sus órdenes.
- Repregunto, ¿este wey con su doctorado y experiencia tiene más sentido de la justicia que cualquier otro profesionista? ¿Es que un ministro de la Suprema Corte de Justicia tiene más sentido de la justicia y empatía que tú?
Si no saben pensar, ni mucho menos actuar, sigan votando a lo pendejo, jodiendo a su prójimo con sus lerdas acciones, y avísenme pronto para ya no enviar esto y ponerlos en mi lista de enemistades.
Pan de Dios, W.