"EL DIARIO DE ANA FRANK"
El denominado Diario de Ana Frank es el punto más sensible de lo que constituye una auténtica "industria de la lástima", que gira en torno del mito del "holocausto". El contraste de la imágen inocente e infantil de la protagonista, frente a sus intrínsecamente perversos captores, ha convertido a esta obra no sólo en un best-seller mundial (con innumerables ediciones, traducciones, teatralizaciones y adaptaciones cinematográficas), sino además en otro muro de los lamentos, donde toda refutación sobre la veracidad del "holocausto" es respondida con una bien estudiada campaña de histeria y sensiblería.
El historiador británico de renombre mundial, David Irwing, el ex profesor de la Universidad de Lyon 2 (Francia), Robert Faurisson, y el estudioso austríaco nacionalizado sueco, Ditlieb Felderer, han demostrado públicamente hasta el cansancio la falsedad de los pretendidos manuscritos que se atribuyen a una niña judía llamada Ana Frank, fallecida por una epidemia de tifus en 1944 en el campo de Bergen Belsen.
Según se dice, el comerciante judío Otto Frank de la ciudad de Frankfurt (Alemania), huyó junto a su familia en 1933 a la ciudad holandesa de Amsterdam, debido a la llegada de Hitler al poder. Cuando durante la II Guerra Mundial los alemanes ocupan Holanda, los Frank deciden refugiarse en un escondite para salvarse de la "persecución nazi". En 1944, toda la familia es arrestada y deportada por la Gestapo, siendo el único "sobreviviente" Otto Frank, quien fue enviado a Auschwitz, donde en vez de ser "gaseado", es hospitalizado a causa de una enfermedad. Terminada la guerra, Frank retorna a Amsterdam donde le entregan los originales del Diario y publica su primer edición holandesa en 1947.
En la presente nota, pondremos a consideración del lector los principales argumentos y dudas que existen acerca de la autenticidad y veracidad de lo contenido en dicho Diario. Es importante señalar que el mismo siempre ha sido empleado como el más eficaz golpe bajo de la propaganda sionista contra el Nacionalsocialismo alemán.
Pruebas y Fundamentos
En un artículo del investigador Enrique Aynat Eknes, publicado en la revista española Revisión, encontramos los principales argumentos que aquí citaremos. Destaquemos que este trabajo de Eknes tiene como base el excelente libro de Dietleb Felderer titulado "Anne Frank's Diary, a Hoax" ("El Diario de Ana Frank, una mentira"). Nos detendremos en primer lugar en análisis externos del manuscrito, para luego introducirnos en el texto propiamente dicho.
Ante todo, se debe saber que el estudio que un historiador hace de un documento, como puede ser un diario personal, se realiza con mucho detenimiento, con una pormenorizada descripción de sus características externas tales como tamaño, tipo de papel, cantidad de hojas, cantidad de páginas escritas, espacios en blanco, elemento de escritura, encuadernación y múltiples detalles más. Todo ello permite verificar -entre otras cosas-, si realmente fue redactado en el tiempo y lugar que se le atribuyen, y no caer ingenuamente en un fraude. Este minucioso trabajo, verdaderamente científico, es lo que nadie, hasta la llegada de los revisionistas, había efectuado con los documentos vinculados a los hechos de la Segunda Guerra Mundial.
Respecto del llamado Diario de Ana Frank es necesario saber que:
1. Con significativa obstinación, Otto Frank (fallecido en 1980), siempre se negó a que el manuscrito fuera sometido a un análisis exhaustivo a los efectos de verificar su autenticidad.
2. En 1980, a consecuencia de un juicio contra Ernst Roemer -un jubilado de setenta y seis años que se atrevió a negar la autenticidad del Diario-, la Caja Alemana de Defensa Legal logró a pedido del Dr. Rieger que el Departamento Criminal Federal sometiera a análisis los textos y constató que parte de los mismos habían sido escritos con bolígrafo, invento introducido en 1951, es decir, cuando menos siete años después de la muerte de Ana Frank.
4. Una de las pruebas presentadas por David Irving, fue el contraste entre dos documentos, uno conteniendo la caligrafía auténtica de Ana Frank, correspondiente a las cartas enviadas por ella en esa misma época, y otro con las anotaciones del Diario,cuya caligrafía que no se corresponde en absoluto con el de la niña de trece años.
5. Un folleto de la "Fundación Ana Frank de Amsterdam", afirma que los amigos holandeses de la familia hallaron un cuaderno de ejercicios con tapas de cartón y de pequeño tamaño. El diario sueco Expressen del 10 de octubre de 1976, publica una fotografía de Otto Frank sosteniendo un volúmen considerable que en nada se parece al cuaderno mencionado.
Con relación al texto en sí mismo, éste es un mar de contradicciones. El historiador Felderer hace unas atentas observaciones que permiten puntualizar:
6. Resulta poco creíble que en un estrecho refugio, en el que permanecieron durante casi dos años, ninguna de las ocho personas que se encontraban en él supieran que Ana Frank redactaba un diario durante ese lapso (junio 1942 - agosto 1944). El padre dice que se entera después de retornar de Auschwitz.
7. La necesidad de silencio en el refugio, para no llamar la atención y evitar ser capturados (23/3/43), se contrasta con las descripciones de las "riñas terroríficas" (2/9/42), "peleas escandalosas", "gritos y alaridos, golpes e insultos que habría ni que imaginarlos" (29/10/43), así como las prácticas de danza de Ana cada noche (12/1/44).
8. Es curioso, según el Diario, que los Frank para escapar a la persecución hayan elegido las mismas oficinas y el mismo almacén de Otto Frank para esconderse (9/7/42).
9. También es contradictorio cuando dice que Lewin, "un pequeño judío químico y farmaceútico, trabaja para el Sr. Kraler en la cocina" (1/10/42). ¿Cómo?, ¿Un judío trabajando pacíficamente cuando se pretende que los judíos sufren una brutal persecución por parte de las autoridades?...
10. Son reveladoras, nos dice E. Aynat, las tendencias sexuales de esta niña de ¡trece años!: "Recuerdo que cuando he dormido con una amiga, he sentido el fuerte deseo de besarla... No he podido dejar de ser terriblemente inquisitiva sobre su cuerpo... Le pregunté, si como prueba de nuestra amistad, podíamos acariciarnos mutuamente los senos, pero se rehusó. Llego al éxtasis cada vez que veo la figura desnuda de una mujer, como una Venus, por ejemplo. Me afecta de tal modo que me es difícil impedir que me caigan las lágrimas. ¡Si por lo menos tuviera una amiga!" (5/1/44)
En fin, ¿un poco de pornografía para una mejor venta?... ¿Es éste el lenguaje y las inquietudes de una niña de trece años?... ¿Es ésta una niña sana?...
11. Según una entrevista a Otto Frank en 1956, las persianas siempre estuvieron bajas y las ventanas nunca se abrieron, pero Ana afirma que mirar el cielo "es mejor que las píldoras Valeria y el bromo" (15/6/44) contra la ansiedad y la depresión.
12. Finalmente, queda en evidencia el objetivo de este Diario: su germanofobia manifiesta: "Serán permitidas todas las lenguas civilizadas, excepto el alemán" (17/11/42). "Los alemanes son las bestias más crueles que han pisado la faz de la tierra" (19/11/42).
Esto no ha impedido que las autoridades "alemanas" de posguerra hayan introducido el Diario como libro de lectura obligatoria en las escuelas, para autodenigración de las nuevas generaciones.
El Instituto de Revisionismo Histórico de los Estados Unidos (IHR), ofreció nuevamente us dlls 25.000.- de recompensa a quien pruebe que el Diario de Ana Frank fue escrito por ella. Ni la propia fundación constituída sobre este fraude literario se animó a reclamar tan generosa oferta.
¿Quién llora por estos niños?
Desearíamos cerrar esta nota -que solamente ha ilustrado los principales detalles de esta gigantesca mentira publicitaria- con las certeras palabras del revisionista británico Richard Harwood, quien a propósito del Diario dijo lo siguiente:
"Es justo reconocer que las consideraciones que exponemos son hasta cierto punto ociosas. En efecto, no importa demasiado que el Diario sea falso o verdadero. Los eventuales sufrimientos de una niña judía de doce años no son más significativos por el hecho de que haya escrito un diario, que los sufrimientos tanto o más terribles de otros niños judíos; o que las desgracias de los infinitamente más numerosos niños alemanes, italianos, japoneses, polacos o de otras nacionalidades que han sufrido horriblemente, despedazados o quemados vivos, mutilados o inválidos por toda la vida a causa de los bombardeos aliados a ciudades abiertas; abandonados en medio del caos por la muerte o desaparición de sus padres; violados o corrompidos por la barbarie de las tropas enemigas.
¿PERO QUIEN SE ACUERDA DE ESTOS HORRORES?, ¿QUIEN LLORA POR EL NIÑO ALEMÁN QUE CORRE AULLANDO ENVUELTO POR EL FUEGO INEXTINGUIBLE DEL FÓSFORO LÍQUIDO?, ¿QUIÉN POR LA NIÑA ALEMANA VIOLADA HASTA LA MUERTE POR UNA SUCESIÓN DE BESTIAS?, ¿O POR LOS NIÑOS JAPONESES DE HIROSHIMA Y NAGASAKI?..."
"Porque de todos estos innumerables casos horrendos nadie habla. No hay best-sellers, no hay dramatizaciones, no hay 40 ediciones, no hay cine, ni teatro, ni radio ni televisión. La falsedad del mito de Ana Frank va mucho más allá, es muchísimo más profundo que la eventual falsificación del texto. Reside en la unilateralidad y en la recurrencia infinita del tema.
Una especie de Bolero de Ravel de la propaganda, una perfecta aplicación política del viejo tema de la niña inocente atrapada por la maldad, pero que triunfa aún después de la muerte: Blancanieves perseguida por la madrasta perversa, la débil doncella prisionera en el torreón medieval o la inocente heroína que en los filmes del Far West el cow-boy bueno salva en la cabalgata final. Y así, el mito de Ana Frank, por la fuerza de su impacto sobre la sensibilidad colectiva, se convierte no sólo en símbolo de la inocente nación perseguida, sino más aún y contra todas las reglas de la lógica, en prueba indiscutible de la maldad intrínseca, irredimible, de los perseguidores..."