La teoría de la evolución del científico Charles Robert Darwin, desde sus inicios obtuvo una significante acogida a nivel mundial, pero ahora ha sido rebasada por la mayor cifra de los que creyendo en las sagradas escrituras, se originó de un ser poderoso e inteligente (Dios), y a pesar de quienes no comparten la creencia en la extinción de las diferentes formas de vida mediante el diluvio universal, sino por un meteorito, hay los que sostienen el argumento de que si esto fuera cierto, tan sólo debió haber afectado una pequeña parte de la expansión continental; y que de no deberse la existencia de lo natural por creación, todo estuviera en constante evolución, sin dejar de tomar en cuenta la ordenación matemática y la ley de gravedad que tiene el infinito. Sin embargo no se puede poner en duda de que se producen fenómenos naturales y los buenos descubrimientos que los científicos han generado en beneficio de la humanidad.
Origen teórico de la evolución.
La teoría del Científico Charles Robert Darwin comenzó desde 1859, a consistir en el origen de las especies, de donde según el “la mutación del homosapien en el ser humano y todo lo demás natural como producto de la evolución”. A esto se oponen los fieles creyentes de las Sagradas Escrituras, que ven en la teoría de Darwin una contradicción, porque de ser cierta la evolución, las formas de vida deberían estar por siempre mutando o gradualmente estuvieran transformándose naturalmente. Es decir, al igual que los árboles el hombre estuviera en incesante evolución, el mono, gorila, otros animales, etc., también estarían de tiempo en tiempo mudando de forma y apariencia. Lo cual no ha sucedido, y por lo tanto para los que creen en las Sagradas Escritura, resulta por demás engañosa la teoría de la evolución.
Creación.
De acuerdo al primer libro del Antiguo Testamento (Génesis), la tierra estaba desordenada, vacía y totalmente cubierta por las aguas. Es decir la tierra ya existía, y queriendo Dios que hubiera vida en nuestro planeta, fue que la transformó y creó todas los seres vivientes según su género. Luego debido a la maldad y la gran violencia generada por el ser humano, tuvo Dios que mandar el gran diluvio universal con el que perecieron los grandes monstruos, los seres humanos menos siete (7) y otras formas de vida.
Discordantemente hay quienes no están de acuerdo con la creación y el diluvio universal, y mantienen una postura teórica de que la extinción de los dinosaurios y de otras formas de vida ocurrió por un meteorito, que afectó toda la inmensa extensión continental. No obstante hay un cuestionamiento a dicha postura, ya que sólo una cuarta parte geográfica del planeta resultaría perjudicada, tomándose en cuenta el tamaño, lugar e impacto del meteorito y la magnitud expansiva del daño ocasionado.
Incertidumbre de la teoría de la evolución.
Los creyentes en las Sagradas Escrituras también argumentan que al estudiarse y observarse cuidadosamente lo que se puede del firmamento, se llega a la conclusión de una ordenación matemática y todo se rige por la ley de gravedad, que permite a millones de pesados cuerpos celestes el poder sostenerse; y que por ende tanta perfección no pudo por si sola derivarse de la evolución; y porque los soles y planetas estuvieran de tiempo en tiempo evolucionando, sin haber un equilibrio, que generaría un desorden natural incontrolable, e indudablemente el resultado sería la inestabilidad, rápida destrucción y muerte de todo lo existente.
Conclusión:
En vista del mayor número de creyentes en las sagradas escrituras y en otros de sus argumentos para sostener que todo lo creado se originó de un ser poderoso e inteligente (Dios), son menos los que creen en la teoría de la evolución. Sin embargo no se puede dudar que se producen cambios en la naturaleza; y aún hay buenos descubrimientos científicos en beneficio de la humanidad.