Los “Trionotercos” sacan conclusiones equivocadas de Génesis 19:24, el cual dice: “Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos”, y luego concluyen que hay dos personas que se llaman Jehová. Sin embargo, tal conclusión es peligrosa, ya que si seguimos esa lógica, entonces hubo dos reyes que se llamaron “’David en 1 Samuel 25:21,22: “Y David había dicho: Ciertamente en vano he guardado todo lo que éste tiene en el desierto, sin que nada le haya faltado de todo cuanto es suyo; y él me ha vuelto mal por bien. Así haga Dios a los enemigos de David y aun les añada, que de aquí a mañana, de todo lo que fuere suyo no he de dejar con vida ni un varón”. Nótese que David pareciera que hablara de otro David en este pasaje, cuando el rey dice: “Así haga Dios a los enemigos de David”, cuando lo correcto sería haber dicho: “Así haga Dios a mis enemigos”. Esto se llama hebraísmo.
En 2 Samuel 5:7,8 encontramos otro ejemplo: “Pero David tomó la fortaleza de Sion, la cual es la ciudad de David. Y dijo David aquel día: Todo el que hiera a los jebuseos, suba por el canal y hiera a los cojos y ciegos aborrecidos del alma de David. Por esto se dijo: Ciego ni cojo no entrará en la casa”. En estos versículos, en una primera lectura, notamos que se habla de dos personas que se llaman “David”. En efecto, el rey David pareciera decir que hay aborrecidos del alma de David, como si se tratara de otro David, y no él. Esta es una forma de hablar de los hebreos, y es común en el Antiguo Testamento.
Por tanto, cuando descubrimos el mismo estilo gramatical en Génesis 19:24, donde aparentemente se habla de dos “Jehová” interactuando, no tenemos por qué concluir necesariamente que existen dos personas que se llaman ‘Jehová’, sino que se refiere a la misma persona de la cual se habla como si fuera otra distinta.
En el Salmo 83:18 encontramos que Jehová es UNO solo, no dos, o tres. El pasaje es claro: “Y conozcan que TU nombre es Jehová; Tú (singular) solo Altísimo sobre toda la tierra”. ¿Acaso creyó David que Su propio descendiente, Yahshúa, era el Dios Altísimo Yahweh en su supuesta preexistencia?¿Acaso David no distingue claramente a Yahweh (Adonai), de Su Hijo (Adoni-el Mesías) en el Salmo 110:1, proclamando así a uno solo como Yahweh ?¿Acaso no es verdad que Dios habló al mundo por Su Hijo en esta dispensación de la gracia, y no en épocas pasadas? (Heb 1:1,2). Hay, pues, algunas cuestiones pendientes a considerar en este tipo de pasajes “Trinitarios” antes de preciparse a sacar conclusiones dogmáticas.
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