Imagen de la Sábana Santa de Turin.
Vaya por delante que no critico la ostensión de la Sábana Santa que tendrá lugar entre el 10 de abril y el 23 de mayo. Es una reliquia y como tal tiene todo el valor de la Fe que depositan en ella los creyentes, que es mucho. No dudo que sea un negocio para Turín, pero sería como criticar las Fallas o los sanfermines por generar dinero. Lo que digo es que es una falsificación medieval, que todo el mundo lo sabe, pero algunos no quieren reconocerlo.
Los sindonólogos (estudiosos de la reliquia) no son la entidad científica disfrazada de asociación cultural que pretenden (aunque haya científicos en sus filas) sino de abogados de una causa y, como buenos letrados, son capaces de decir que la víctima cayó siete veces sobre el cuchillo antes que admitir que su cliente la apuñaló por la espalda.
En estos momentos sólo existen tres pruebas para pronunciarse sobre la veracidad de la tela. La primera es el estudio encargado por el STURP (los sindonólogos americanos) a Walter McCrone en 1979, quien detectó la presencia de distintos productos químicos utilizados en la pintura que se usaba en la Edad Media. McCrone recibió por su trabajo el premio de la Asociación Americana de Química en 2000 pero su aportación ha sido borrada de la historia oficial.
La segunda prueba es la del Carbono14 de 1988, coordinada por el Museo Británico. Fue realizada por tres de los mejores laboratorios del mundo especializados en radiocarbono (Oxford, Zurich y Tucson), seleccionados de entre siete por la Academia de Ciencias Pontificia. Los resultados fueron publicados en Nature: la tela es de la Edad Media.
Juan Pablo II rezando ante la reliquia.
La tercera prueba es el primer testimonio escrito que existe sobre el lienzo. Data de 1389 y es una carta que remitió el obispo de Troyes (Francia) al Papa para advertirle de que se trataba de una falsificación realizada con “engaño y maldad” por el deán de Lirey para tangar a los devotos.
El resto de las llamadas ‘pruebas’ son brindis al sol, unos trabajos realizados por los propios sindonólogos que jamás se han publicado en ninguna revista científica (aunque hayan sido citados una y mil veces por la prensa) y cuya metodología deja mucho que desear. Tienen hasta su propio estudio con Carbono 14 que dice que la tela es del siglo I. Ciencia a la carta.
Esto es lo que hay. Pero vamos a concederles un punto a los sindonólogos. O mejor todos: digamos que la tela es un misterio y que puede ser la prueba que demuestre –como mínimo- que alguien de naturaleza no humana fue envuelto en ella en el siglo I. ¿Podrían demostrarlo más allá de toda duda?
Por supuesto, pero como saben de sobra que es una falsificación no quieren. Sólo haría falta un permiso del Vaticano y crear una comisión internacional de científicos. Luego, sus resultados se harían públicos para que el resto de la comunidad científica los valorase. Pero nunca se hará, como tampoco se analizará el Sudario de Oviedo o el Cáliz de la Catedral de Valencia, porque sólo son ‘auténticos’ desde el punto de vista religioso, pero no científico ni histórico. Lo mismo puede decirse de las miles de reliquias que pululan por el mundo.
Uno de los cuadros inspirados por la Sábana Santa.
Algunos utilizarán el argumento de que el estudio perjudicaría a la reliquia. Pobre excusa. De momento, es más falsa que un euro amarillo y a lo largo de su historia ya ha sufrido algunos daños. Pero un estudio completo haría un gran favor a la Humanidad. Si la Ciencia no puede (volver a) responder a la pregunta de cómo se hizo la reliquia, habría que darles la razón a los sindonólogos.
Si fuera auténtica eso significa que Jesucristo (no confundir con Jesús) fue un personaje histórico. Pero además, que no fue un hombre como lo entendemos, sino alguien de una naturaleza diferente a la del resto de mortales. La tesis de que fue a la vez Dios y su hijo ganaría millones de adeptos entre los que rinden culto a dioses ‘falsos’ o escriben posts que nadie lee. Muchos nos convertiríamos al cristianismo y nuestras almas se salvarían de la condena eterna al infierno.
¿Si la recompensa es la salvación de millones de almas y el precio causar un ligero daño a una tela por qué no se hace? Porque todo el mundo sabe que es falsa y los que deberían hacerlo no lo quieren reconocer. ¿Dañaría la falsedad de la tela a la creencia de algún cristiano? Lo dudo ¿o acaso no llaman a lo suyo Fe? Tanto que ganar y tan poco que perder, pero el espectáculo debe continuar.
P.D.: Resumen de la carta del Obispo de Troyes al Papa extraído del libro El fraude de la Sábana Santa y las reliquias de Cristo de Juan Eslava Galán (Planeta):
"El deán de Lirey, con engaño y maldad, movido por la avaricia, no con fines devocionales sino por codicia, proveyó su iglesia con un paño pintado con artificio, en el cual, de un modo ingenioso, estaba pintada una doble imagen de hombre por delante y por detrás, asegurando falsamente que era el sudario mismo en el que fue envuelto nuestro Salvador Jesucristo en el sepulcro, en el cual la imagen del Salvador con sus heridas había quedado impresa. Y esto fue divulgado no sólo en el reino de Francia sino en el mundo entero, por lo que acudían gentes de todas las partes del mundo. Y aun fingían milagros de curaciones en la ostensión del sudario [...] finalmente, el obispo de Troyes, tras una diligente investigación, descubrió el fraude, y cómo dicho lienzo había sido artificialmente pintado, siendo la verdad atestiguada por el artista que lo había pintado. En suma, que aquélla era obra de habilidad humana y no cosa milagrosamente realizada u obtenida [...] El deán y sus cómplices [...] viendo descubierto su engaño, ocultaron y enterraron dicho lienzo [...] manteniéndolo oculto, enterrado cerca de treinta y cuatro años hasta el presentehttp://www.elmundo.es/blogs/elmundo/desde_el_mas_alla/2010/04/10/la-sabana-santa-y-falsa.html