Tradicionalmente, la Iglesia Católica a lo largo de los siglos nos ha dicho que el cristianismo en un principio fue uno y que posteriormente se diversificó en distintas ramas, las cuales reciben el nombre de herejías.

Por su parte, los autores de Best Sellers tipo Dan Brown nos ha dicho que el inventor del cristianismo tal y como lo conocemos hoy, fue un invento del emperador romano Constantino I el Grande.

En el presente artículo, hablaré desde un punto de vista académico, así que si tu deseo es oír la llamada “Historia oficial” de la Iglesia o “las teorías conspirativas” del Código Da Vinci tienes millones de páginas para visitar.


Pantócrator, arte románico

En el principio, no había un único cristianismo. Ni siquiera un único libro. Sólo había una figura llamada Jesús y distintas visiones acerca de él. Estas distintas corrientes son el adopcionismo (del siglo II d. C, la misma época en que se escribe el Evangelio canónico de Juan), el docetismo (Siglo I d. C), el gnosticismo (sus orígenes están entre el siglo I y II d. C), los judeocristianos (los que acabaran venciendo oficialmente), los ebionitas (siglo I d. C) y la anagnórisis (siglo I d. C).


La Filosofía platónica tendrá mucha influencia en las distintas corrientes

Como se observa, dichas corrientes, a veces muy opuestas entre sí, son contemporáneas. Todas ellas, aparte de la figura de Jesús, comparten influencias neoplatónicas (por cierto, he comenzado a leer “La República” de Platón, para así tener más conocimiento adicional acerca del tema).

A continuación paso a hablar de ellas:

• Adopcionismo: Jesús era una persona muy justa, por lo cual, Dios lo adoptó como Hijo.

• Docetismo: Jesús es completamente divino, por lo tanto, no puede sufrir.


El Evangelio copto de Tomás el Israelita

El evangelio copto de Tomás, refleja a Jesús como un maestro esotérico muy sabio. Dicho texto, afirma que se consigue la salvación a través de la Sabiduría:

“Estos son los dichos secretos que ha proclamado Yeshúa, el viviente, y que anotó Dídimo Judas Tomás. Y él (dice): Quien encuentre la interpretación de estos dichos, no saboreará la muerte.”

En el año 81 d. C nace en Sínope un hombre llamado Marción. Éste personaje concuerda con las doctrinas del apóstol Pablo, ya que defiende al Cristo Redentor, que a través de su muerte consigue la Salvación para la Humanidad. Marción cree que la Pasión de Cristo no es metafórica, sino literal. Alcanzada esta Salvación, se establece una relación con Dios (el Demiurgo).


El apologista Tertuliano se manifestó contra Marción y su canon

Es un gran conocedor del Antiguo Testamento, aunque lo rechaza. Entiende por tanto que existen dos divinidades: Un dios extraño (Padre de Jesús) y Jesús. Escribió dos obras: “Antítesis” y “El evangelio de Marción”. Con su evangelio (con gran influencia del evangelio canónico de Mateo, de Marcos y de Lucas) se establece por primera vez un canon que no será cambiado hasta el siglo V d. C.


Documentos de Nag Hammadi, auténtica biblioteca gnóstica

• Los gnósticos: buscan radicalizar aun más las dos divinidades de las que Marción habla.

Un pensador gnóstico de nombre Basílides (120-140 d. C) propone la existencia de 365 círculos concéntricos. En el círculo del centro estaría Dios, y en el último el ser humano.


Fragmentos del Evangelio de Judas, importante en el pensamiento gnóstico

• Ebionitas: palabra que en hebreo significa “cortos de entendimiento”. Dicha doctrina se basaba en el Antiguo Testamento y Jesús era un ser humano normal. Se dice que el fundador de esta doctrina fue Simón el Mago (personaje que aparece en “Hechos de los Apóstoles”) al cual se le atribuye una obra llamada “La Gran exposición”, en la cual se plantea un dualismo anti-cósmico. Existe un dios inferior y otro superior, por lo cual se supone la existencia de un mundo divino y otro mundano.

• Anagnórisis: palabra acuñada por primera vez por Aristóteles en su “Poética” y que en griego significa “reconocimiento”. El ser humano tiene algo de divino (una centella) por lo cual, mediante el conocimiento, puede alcanzar la anagnórisis. Conseguido esto, se alcanza la Unidad con Dios (relación con el Bien Supremo de Platón).

Estas son las visiones más importantes acerca de Jesús que hubo en un principio