William Sanday, una vez profesor de teología en Oxford, hace la pregunta si hay algunos textos en los cuatro evangelios que podrían conducirnos a la idea de Yahshua como el “preexistente Hijo de Elohim”. El concluye que todas las afirmaciones acerca de Yahshua en Mateo, Marcos, y Lucas se refieren a la vida de Mashiaj en la tierra. No hay ni una simple referencia de que hubiese sido el Hijo de Elohim antes de su nacimiento. Si examinamos el Evangelio de Juan “tenemos que observar alguna cosa anormal en las expresiones que están libres de ambigüedad. Tal vez no haya ninguna.” (Diccionario Hastings de la Biblia, Vol. IV, p.576, énfasis mío).
Aquí, entonces, está la declaración de un destacado experto en el sentido de que no hay una simple referencia de Jesús en todos los cuatro evangelios como siendo el Hijo de Elohim antes de su nacimiento. Sin embargo permanece un hecho de que las iglesias enseñan la filiación eterna de Jesús como un indispensable dogma básico de la fe.
Se le ha dejado adivinando al profesor Sanday del porqué Mateo, Marcos, y Lucas no saben nada acerca de la preexistencia de Yahshua: “Es probable que los escritores no hayan reflexionado del todo sobre la materia, y no transcriban una porción de la enseñanza del Adonay sobre el tema” (ibid., p.577). Cuando Sanday recurre a las epístolas, él sólo puede conjeturar que podría haber una referencia a un Hijo pre-existente (Hijo pre-humano celestial) en Hebreos 1:1-3, pero de ningún modo necesariamente.El Yahshuah presentado por los apóstoles no es “Dios el Hijo.” Este título no aparece en ningún lugar en la Biblia. Yahshuah es el Hijo de Dios, el Mashiaj, cuyo origen debe ser trazado en su milagrosa concepción (Lucas 1:35). El único Elohim de las Escrituras sigue siendo en el Nuevo Testamento como el Creador Elohim de Israel. Yahshua “hombre” (1 Timoteo 2:5), media entre el único Elohim, el Padre, y la humanidad. Este Jesús puede salvar “perpetuamente” (Hebreos 7:25). Cualquier otro Yahshua debe ser evitado como una engañosa falsificación-y es muy fácil “recibirlo” (2 Corintios 11:4)
Compare G.B Caird, El Desarrollo de la doctrina de Cristo en el Nuevo Testamento, p.79: “Los Judíos habían creído sólo en la PRE-existencia de una personificación; La Sabiduría era una personificación, también de un atributo divino o de un propósito Divino, pero nunca una persona. Ni el cuarto Evangelio ni Hebreos jamás hablan de una palabra eterna o de la sabiduría de Dios en términos que nos obligan a considerarla como persona.”