El espíritu de santidad y no el espíritu santo
*texto publicado por el Licenciado Yeuda Ribko en la página de internet Darjei Noam.
Consulta recibida
"...segun la Biblia hebrea se menciona al espiritu santo o el espiritu de Dios ¿que es el espiritu santo? ..."
de México
Respuesta
"Espíritu Santo" en realidad no es un término hebreo o judío.
Lo más cercano (en ideología netamente judía) es espíritu de santidad (o el, escasamente, tres veces mencionado el espíritu santo de parte Dios, en dos ocasiones en Ieshaiá cap. 63, y en Tehilim 51:13...por lo tanto, no sé a qué Biblia hebrea te refieres para decir que "se menciona al espíritu santo").
En el Tanaj, aparece unas 20 veces el término espíritu de Hashem y otras tantas veces encontramos espíritu de E-lohim (sea este Dios, o dioses y esto sólo en boca de reyes paganos en Daniel capítulos 4 y 5, pues, obviamente, ellos creían en la existencia de múltiples dioses).
Es recién en la época talmúdica que se prefirió utilizar la expresión ruaj hakódesh (espíritu de santidad, generalmente mal traducido como "espíritu santo" (notemos las minúsculas)), en lugar de ruaj Adon-ai o ruaj Elokim, como forma de prevenir que no se utilizara en vano alguna de las siete denominaciones de Dios sobre las que recae esa prohibición.1
Como fácilmente podemos advertir, el ruaj hakódesk no es una "persona", ni una encarnación, ni siquiera es un ente en particular, ni un "espíritu viviente" en sí mismo, mucho menos es Dios o una "parte" de Él.
¿Qué es entonces?
Dios (en esencia) es inaccesible.
A lo máximo que podemos pretender conocer del Eterno, es a Sus acciones.
Existen diversos grados de conocimiento de las manifestaciones divinas, uno de estos peldaños es el del ruaj hakódesh.
Por lo tanto, el espíritu de santidad no es otra cosa que un estado particular de percepción de las manifestaciones de Dios en la Realidad.
Es un grado intermedio, bastante escaso comparado con el alcanzado por el más grande de todos los profetas, Moshé Rabeinu.
Todas las personas somos capaces de "desarrollar" esta "intuición" de los actos de Dios. En la época mesiánica ocurrirá que:
''Sucederá después de esto que derramaré mi Espíritu sobre todo mortal. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán. Vuestros ancianos tendrán sueños; y vuestros jóvenes, visiones.
En aquellos días también derramaré mi Espíritu sobre los siervos y las siervas."2
(Ioel / Joel 3:1,2)
Pero, mientras tanto, esa capacidad permanece adormecida, potencial, sin que la podamos aprovechar.
Dios la hacía desarrollar en ciertos personajes destacados de la antigüedad, por ejemplo en caudillos (Shofetim 3:10; 6:34; 11:29; 13:25; 14:6; etc.), dándoles coraje, habilidad, calidad de líderes, fuerza física.
Algunos reyes eran particularmente bendecidos con el acrecentamiento de su nivel espiritual e intelectual, así como volitivo, merced a esta cualidad (I Shemuel 10:10; 16:13; similar en II Melajim 3:28).
También era otorgada a pensadores, orfebres, artesanos, sabios (Bereshit 41:38; Shemot 31:3; 35:21).
El Sumo Sacerdote, cuando se vestía con su efod (únicamente en épocas del Primer Beit HaMikdash) se revestía de ruaj hakódesh (II Divrei Haiamim 24:20).
Los profetas para "inspirar" sus mensajes y obras proféticas recibían el don divino de que se les desarrollara este atributo (I Shemuel 19:23; Ieshaiá 61:1; Iejezkel 11:24; Mijá 3:8; II Divrei Haiamim 15:1).
Personas no judías también eran favorecidas con el acrecentamiento de esta facultad (Bemidbar 24:2).
Los discípulos de los profetas (los benei hanebihim) que buscaban ejercitar la destreza de la profecía por sus propios medios (sin haber sido elegidos por el Eterno), tenían diversos procedimientos (música, meditación, ropas de lino, bailes, etc.) para su "entrenamiento del músculo profético", que en realidad sólo funcionaba si Dios les daba ese don...es decir, todos tenemos la posibilidad, pero, si Dios no lo permite, seguiremos "escuálidos" en gozar del ruaj hakódesh.
Empero, este espíritu de santidad, como suele ocurrir con las grandes virtudes, puede devenir en terribles tormentos y fracasos, o en locura o en genio para lo malo. Tan sólo recordemos la impudicia e inmoralidad del enorme profeta gentil Bileam (Balaam), de un grado de profecía casi similar al de Moshé, pero de signo opuesto. Y no olvidemos a Shaúl ben Kish, bendecido por el ruaj hakódesh, y que le fuera dispensado el reino, y que fungiera como profeta efectivo, pero luego, esta alteración "neurológica" (espiritual) positiva, se unió a una constitución enfermiza, deviniendo en una insensatez incurable. O, en un estilo diferente, mencionemos las calamidades sobrevenidas en vida de (por ejemplo) Irmiá, por obra de su espíritu profético.
Desde la destrucción del Primer Beit HaMikdash el ruaj hakódesh ya no se manifiesta ampliamente en el mundo; tan sólo unos pocos sabios han logrado entrenar sus vidas para gozar de ese efímero rayo de comprensión de las Obras de Dios. Es decir, los que han consagrado por completo sus pensamientos, sentimientos y acciones a la Torá y las Mitzvot, quizás (y muy difícilmente) puedan recibir un parpadeo de espíritu de santidad. Pero, como dijimos, vendrá un momento en el cual el conocimiento de Dios será más abundante que las aguas de los océanos, por lo que, todos podrán gozar de este espíritu. Obviamente que el Mashiaj, que será rey, caudillo, profeta, y por lo tanto, en cumplimiento de las palabras proféticas (por ej. Ieshaiá 11:2; 42:1) también esta condición humana estará ampliamente desarrollada en él (por obra y gracia de Dios).
Como último dato interesante.
El segundo versículo de la Torá menciona el ruaj Elokim.
En este caso, obviamente que no es una alusión a la cualidad humana de conocer las Obras de Dios, pues, aún no era creada la Humanidad.
Y muchísimo menos es una referencia a un dios fragmentado en algo (que no se bien lo que podría ser) y su espíritu. (Esos son pensamientos paganos, en nada emparentados con el judaísmo).
En esta oportunidad el ruaj Elokim es la forma de denominar lo que nosotros podemos llegar a percibir de Dios.
Esto es, Él obrando.
Luego nosotros quizás podamos aproximarnos a Su conocimiento por intermedio de maravillarnos de la grandiosidad de Su Creación, como hiciera el salmista; o merced al "atajo" del ruaj hakódesh.
http://www.masuah.org/art%20hablemos_del_espritu_de_santidad.htm