Ojalá y antes de que muera, pueda salir a tragar con ustedes, platicar en un café acá bien intelectuales, salir de renegados a bailar salsa (que nos enseñe Serch), o por lo menos dar el rol.
Más allá de que no simpaticemos en todo, seguro estoy que nos la pasaríamos chingón.
Algún día, ante de que venga Jesús...