Los creyentes son textófilos, se enamoran de los textos, no se dan cuenta que los hechos tienen mas valor que la palabras, les interesan los contextos, no saben que el verdadero contexto es la razón, debemos de creer en lo que esté demostrado, si está demostrado que la carne de puerco es dañina, pues tener cuidado con dicha carne, pero no porque un texto lo diga, el verdadero texto es la conciencia, el amor y no el amor a los textos, la verdadera doctrina es el amor, el pedir perdon, el perdonar, ningún texto es sagrado, lo sagrado no existe, lo sagrado son los hechos, los actos buenos, las buenas obras, las buenas obras no necesitan de respaldarse en textos, lo que cuenta es la vida, la buena vida, la buena vida es llevar buena vida, buena vida es como su nombre lo indica, lo contrario a la mala vida, no hay que guiarnos por contextos, ni por textos, todo eso es para los timoratos, los pusilánimes, los faltos de carácter, el mundo está lleno de gente hipócrita, desgraciadamente convivimos con gente que da mucho que desear, mismo cristo andaba entre gente de la peor ralea, los textos son un cúmulo de palabras, las cuales forman frases, frases que dijeron, frases que escribieron algunos, pero todo eso no se puede considerar divino, los textos no son divinos, las frases son solamente frases, no importa quien haya escrito esas frases, todo eso no pasa de ser un montón de palabras, palabras que no tienen sentido, no tienen fundamento, nada fundamenta esos textos que tanto adoran los creyentes. |