Con algunas características propias de los movimientos religiosos, la ciencia e incluso las sectas, el movimiento raeliano sostiene que somos el resultado de los experimentos genéticos de una raza de extraterrestres enanos. Claude Vorilhon,
su líder, recibió esta información directamente de un extraterrestre
que lo contactó en 1973, dentro del cráter de Puy de Lassolas. Los
seguidores de Vorilhon, quien además asegura que su madre lo concibió
cuando fue aducida por extraterrestres, no creen en Dios, el Alma o el
Infierno, pero promueven la clonación, la geniocracia y el sexo libre
entre sus miembros.
Claude Vorilhon, el personaje que encabeza el Movimiento Raeliano,
nació en Vichy, en 1946. Su vida cambió el 13 de diciembre de 1973,
cuando en el cráter de Puy de Lassolas, uno de los volcanes en
Clermont-Ferrand, se encontró con un extraterrestre enano,
del tamaño aproximado de un niño. El extraterrestre no solo lo saludó
como si lo conociese de toda la vida, sino que lo invitó a subir abordo
del OVNI que lo transportaba. Una vez allí, palabras más, palabras menos, le contó la verdadera historia detrás del Antiguo y el Nuevo Testamento.
La versión de este extraterrestre (perteneciente a una raza antigua llamada Elohim)
sobre el origen del hombre se encuentra a mitad de camino entre una
novela de Michael Crichton y el relato de un adicto a la metanfetamina.
De forma muy resumida, lo que se le reveló a Vorilhon en el plato volador
fue que, hace mucho tiempo, en un planeta muy lejano, unos
extraterrestres semejantes a los hombres (pero más pequeñitos)
aprendieron a crear vida en el laboratorio. Una parte de los habitantes
del planeta se escandalizó del descubrimiento e instó a los científicos a
continuar sus experimentos en algún planeta alejado. La Tierra fue el
lugar elegido para que los expertos en genética Elohim (“los que vinieron del Cielo”, según la interpretación raeliana de la Biblia) crearon a los hombres (clonación mediante) “a su imagen y semejanza”. Como suele ocurrir en estos casos, sorprendidos por la agresividad de sus criaturas (parece que monstruos de Frankenstein hay en todos lados), los dejaron liberados a su suerte.
Sin embargo, la carne Elohim fue débil y algunos científicos se
reprodujeron con mujeres terrestres, lo que dio origen al pueblo judío.
Mientras tanto, en la otra punta de la Galaxia, un grupo Elohim
opositor, que no se había beneficiado de las mieles de las terrestres y
liderados por un tal Satanás, decide que el experimento en la Tierra debe llegar a su fin y les envía un “diluvio” en forma de bombas termonucleares.
En un movimiento desesperado, algunos de los Elohim que se encontraban
en la Tierra logran salvar a algunas de sus criaturas en la versión
raeliana del Arca de Noé: una nave espacial. Después del bombardeo, los
Elohim caen en la cuenta que ellos mismos habían sido creados por otra
raza alienígena, y deciden dejarnos en paz. Para informarnos las buenas
nuevas envían mensajeros a la Tierra, entre ellos a Moisés, Buda, Mahoma y Jesús.
Este último, según la información que recibió Vorilhon, es el fruto de
unión entre el jefe de los Elohim y una terrestre. Solo falta el final
al estilo “Luque, soy tu padre”
Esta interpretación tan creativa -o desquiciada- de la Biblia no termina aquí. En 1945, el año de la explosión atómica de Hiroshima
y del nacimiento de Vorilhon, comienza una nueva época: la del
Apocalipsis, donde la verdad puede ser presentada en términos
científicos, y no alegóricos. En 1974, luego de su encuentro místico-psicodélico, Vorilhon (que ya había adoptado el nombre de Rael) publica un libro llamado, modestia aparte, “El libro que dice la verdad”.
Al año siguiente, el 7 de octubre, vuelve a encontrarse con su amigo
extraterrestre, quien lo convence de dar un paseo y lo lleva a conocer
el planeta de los Elohim. No sabemos cuánto duró el viaje, pero por lo
visto la charla durante el trayecto fue interesante. Cuando regresó,
Rael tenía mucha más información. Entre otras cosas, se enteró de que su
padre era en realidad el jefe supremo de los Elohim, llamado Yaveh (ahora sí: “Luque, soy tu padre”), quien embarazó a su madre mediante inseminación artificial -sistema aburrido si los hay- durante una abducción. Como al pasar, le cuentan también que de la misma manera había sido inseminada la madre de Jesús. Rebosante de la sabiduría adquirida en su viaje, Rael funda el Movimiento Raeliano
en 1976. Después celebrar algunas conferencias, Rael se fue a vivir a
Quebec (Canadá), lugar particularmente tolerante para con las minorías
religiosas. Allí estableció su centro del Movimiento Raeliano Internacional, que en 1998 cambió su nombre al de Religión Raeliana.
El movimiento en sí es una organización piramidal, donde en la cima se encuentra (como habrás adivinado)
Claude Vorilhon, con el cargo de Guía Planetario. En los seis niveles
siguientes (Guía Obispo, Guía Sacerdote, Asistente Guía, Animador y
Ayudante animador) se cuentan unos 1500 seguidores que conforman la
cúpula del movimiento. En la base de la pirámide, y distribuidos por
todo el mundo, hay unos 50.000 seguidores. Un grupo “interesante” es Orden de los Ángeles de Rael, creada especialmente en 1990 y conformada solo por mujeres (unas 160), que tiene como misión “atender afectiva y sexualmente a Rael y a los profetas Elohim cuando regresen a la Tierra”. Cuando uno lee esto, comienza a buscar a ET por todas partes.
El sexo es un tema muy especial entre los seguidores de este gurú.
Dado que somos simples creaciones de laboratorio, no hay motivo alguno
para reprimir nuestros deseos sexuales. La Religión Raeliana no solo
desconfía del matrimonio, al que considera un contrato inútil, sino que
estimula la máxima libertad sexual, siempre y cuando no se abuse de los
demás. Los Raelianos propician la masturbación, el control de natalidad y
las relaciones ocasionales.
La financiación del movimiento proviene de los aportes de sus
seguidores y de muchos que (si bien no creen en todo este tema del OVNI, la verdad revelada, “Luque soy tu padre” y los Elohim) esperan ser clonados mediante la tecnología que este grupo maneja. De hecho, Clonaid, la empresa que ha sido noticia más de una vez por sus -supuestos- éxitos en la clonación de humanos, pertenece al movimiento. La clonación, al ser la tecnología responsable del origen del hombre según el “Evangelio según San Rael”,
es una pata muy importante de la estructura de creencias de los
raelianos. Tanto, que al morir se les extrae el hueso frontal a partir
del cual serán regenerados como adultos sanos y vigorosos cuando, en
2035, los Elohim regresen a la Tierra.
Muchos consideran que este grupo es una secta.
Técnicamente hablando tienen algunas características propias de esas
agrupaciones, pero no todas, así que no pueden encasillarse como tal.
Sin embargo, no deja de ser curioso (y hasta alarmante) que más de
50.000 personas puedan seguir a ciegas a un tío que dice que ET es su
padre, que forma un grupo de mujeres solo para “satisfacer sus necesidades afectivas” y que, encima, les promete que en 2035 serán clonados. Aparentemente, este mundo da para todo.