Existen dos tipos de hombres o seres humanos:
- Los hijos de los hombres,
- Los hijos de Dios.
Si tu Dios no es el Padre Dios, eres considerado un hijo del padre de la mentira, osea el diablo.
Si uno es considerado hijo de Cristo, eres considerado hijo del diablo.
No importa si Cristo es la verdad y el que salva, lleno de genoroso amor y verdad; pero si uno lo considera el padre de uno mismo, y no de Dios Padre, acabas siendo tu padre el enemigo de Dios (el diablo), y aquí el porqué:
42 Jesús les dijo: —Si Dios fuera su padre, me amarían porque yo vengo de Dios y ahora estoy aquí. No vine por mi cuenta, él me envió. 43 ¿Por qué no entienden lo que digo? Porque no pueden aceptar mi mensaje. 44 Ustedes son de su padre el diablo y les gusta hacer las maldades que el diablo quiere que hagan. Desde el comienzo él fue un asesino y no tiene nada que ver con la verdad porque no hay verdad en él. Cuando dice mentiras, habla de lo suyo porque es un mentiroso y padre de la mentira. 45 Yo les digo la verdad, pero ustedes no me creen. 46 ¿Cuál de ustedes puede decir que yo soy culpable de pecado? Si yo les digo la verdad, ¿por qué no me creen? 47 El que pertenece a Dios acepta lo que Dios dice. Ustedes no aceptan lo que Dios dice, porque no son de Dios.
Ni cuenta se dan las personas que el que tiene el control del mundo es el mismo Cristo, el es quien confunde y engaña a los incrédulos, ese plan que parece tan perfecto de engaño o hipocrecía es el plan de acabar con eso mismo. El hace y deshace todo lo que hoy existe, para el y por el, y luego terminará con esa creación contaminada; pero todo, todo, todo, es voluntad de Dios para amarlo y se salven los que creen. Por eso Jesús dijo:
41»No me interesa que ustedes me alaben. 42Lo que me preocupa es saber que ustedes no aman realmente a Dios. 3Vengo en nombre de mi Padre y ustedes no me aceptan, pero si viene alguien que hable por su propia cuenta, ¡a ese sí lo aceptan!
Jesús como YHVH, a quienes vieron y oyó el hombre, son dos personalidades muy vanidosas, y fue a propósito. Para que entendiéramos que en ellos no se debía poner la fé, sino solo creer que existían, pero hacer lo que se mandaba (buenas obras). Y para prueba, el: YO SOY, YO SOY EL QUE SOY, YO SOY EL....etc.