De manera que la incitación que 1 Crónicas atribuye a "Satanás," 2 Samuel la atribuye a Jehová. ¿Cómo se ha de resolver esta aparente contradicción? La respuesta es que no hay contradicción. En este caso, Dios mismo hizo el papel de adversario para con el pueblo y su rey. Acordémonos de que la palabra satán simplemente designa un enemigo o adversario, quienquiera que sea, y que la identificación del adversario en una situación determinada se ha de deducir del contexto. Puede que parezca extraño para algunos que Jehová mismo haga el papel de satán para con su pueblo, pero en realidad los advirtió en repetidas ocasiones de que se les volvería enemigo si se apartaran de sus mandamientos. Ya vimos un caso en que Su ángel hizo el papel de satán para con Balaam. En el libro de Isaías el profeta describe la actitud de Dios para con los israelitas de la siguiente manera:
"Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos." (Isaías 63:10)
En Jeremías 30:14 la palabra de Jehová dice:
"Todos tus enamorados te olvidaron; no te buscan; porque como hiere un enemigo te herí, con azote de adversario cruel, a causa de la magnitud de tu maldad y de la multitud de tus pecados..."
y en Lamentaciones 2:4-5 el mismo profeta Jeremías recalca:
"Entesó su arco como enemigo, afirmó su mano derecha como adversario, y destruyó cuanto era hermoso. En la tienda de la hija de Sion derramó como fuego su enojo. El Señor llegó a ser como enemigo, destruyó a Israel..."
Habiendo contemplado esta evidencia de la forma en que Dios dijo que se había comportado con su pueblo escogido, y teniendo en mente el hecho de que la palabra satán significa precisamente enemigo o adversario, estamos en condición de apreciar la realidad de que por extraño que parezca a primera vista, Jehová mismo es el "Satanás" de 1 Crónicas 21:1, de la misma manera que su ángel lo fue en dos ocasiones en Números 22.
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