Con aires de Rimas, he cambiado una Oda conocida = La Crucifisión.
SONETO a un predicador palestino.
No me mueve, señor, para no creerte lo mucho que me tienes prometido, ni me mueve tu Infierno tan temido para evitar por éso de ofenderte.
Tú me mueves, Predicador, al verte clavado en cruz escarnecido, muéveme tu cuerpo dolorido, muévenme mis afrentas con tu muerte.
Muévenme, en fin, tus prédicas en tal manera que, aunque hubiese cielo, no te creyera, y aunque hubiese Infierno, no te temiera.
Nada tienes que darme si no te quisiera, pues aunque no fuese verdad lo que esperara, igual te extrañara, que te odiara.-
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