A fin de saber la verdad de cómo en la antigüedad se pronunciaba el Santo Nombre, se hizo un estudio a símbolos pictográficos y a letras equivalentes de algunos viejos y actuales alfabetos, y se logró determinar (que pese a la diferencia consonántica del hebreo moderno, es importante la semejanza expresiva, escrita, e interpretativa hallada entre la mayoría de los alfabetos, y es IEUE el nombre que de estos se ha podido deducir). No obstante a dicha diferencia se hizo una investigación, mediante se pudo precisar: “fue debido a la utilización del Proto Masorético de carácter meramente consonántico y a la innovación a este efectuada en el Siglo VI d.C., con el plan de seguir el lineamiento del Canon rabínico farisaico y aplicar un nuevo tetragrama (הוהי: YHVH), para evitar el verdadero pronunciamiento del Santo Nombre”. Se discurre por tanto existir desde entonces, la maquinación del ser humano de fijar dicho tetragrama en el método de deducir denominativos no correspondientes al Padre Eterno; y por consiguiente desde los años 1.008-1.009 hasta la era actual, el aludido tetragrama sólo ha servido para continuar la profanación del Sagrado Nombre.
De modo pues que en la búsqueda de obtener mayor conocimiento de los hechos ocurridos en torno al texto rabínico consonántico, y aún de saber lo relativo a los años 1.008-1.009 hasta la era actual, que ha permitido la continuación de la profanación del Sagrado Nombre, fueron abordados los siguientes interrogantes: ¿De dónde se desprende el texto rabínico consonántico? ¿Cuál fue la innovación hecha al proto masorético? ¿Porque la intensión de evitar el verdadero pronunciamiento del del Santo Nombre, y de quien surgió la idea? ¿Qué es lo que desde los años 1008-1009 hasta la era actual, ha permitido continuar con la profanación del Sagrado Nombre? Sobre los cuales, se hizo una retracción a la Historia hasta los siglos I, II y VI d.C., ya que son a la verdad los momentos cruciales cuando sucedieron los acontecimientos. Primero ocurrió la agrupación de Akiba, Gamaliel el Mayor y el rabino Iohanan ben Zakkai entre otros en la escuela de Hillel y la restauración del Consejo de Ancianos, integrado únicamente por fariseos que conllevó a la imposición de un canon de carácter consonántico, también denominado “Proto Masorético”; y Segundo el suceso atribuido a un grupo de masoretas tiberiades de la escuela palestinense por ocasionar innovaciones a dicho Canon, en el hecho de que al colocar en las consonantes tanto en la parte de arriba y abajo y de manera intercalada minúsculas vocales en forma de signos diacríticos, lograron prestigio con la aplicación de la llamada madre de lectura y suscitaron con las vocales “a, o, a” de adonaí (señor mío), el seudónimo YaHoVaH en un nuevo tetragrama cuadrado (הוהי: YHVH), para evitar la verdadera pronunciación del Santo Nombre, con el pretexto de blasfemia y de no poderse pronunciar en vano; y tiempos después acaeció que de la fuente manuscrita “Códice de Leningrado B19a, de los años 1.008-1009 d.C.” atribuido al traductor masoreta (Aharón Moisés Ben Asher), dicho seudónimo se propagó en Europa, e incluido con mínimas diferencias fonéticas en algunas versiones del Antiguo Testamento: “Biblia Hebrea Rabínica de Daniel Bomberg; Traducción del Pentateuco de William Tyndale; La Biblia del Oso de Casidoro de Reina; Biblia Hebraica de Rudolf Kittel; Estuttgartensia; etc.”. Lo que devino a estar contenido en muchas de las Biblias actuales como Jehová, y por ende una continua profanación del Sagrado Nombre. Cabe acotar que debido a tales hechos, gran parte de la humanidad no saben cómo en la antigüedad llamaban realmente al Creador de todas las cosas, y por lo tanto y con la finalidad de que puedan sobrevenir bendiciones en gran manera para el linaje humano, se urge la necesidad del resurgimiento de su antiguo y Sagrado Nombre IEUE.
Terminado de exponer todo lo antes planteado, y en donde al final se señala la necesidad que urge de resurgir el Sagrado Nombre del Creador de todas las cosas: IEUE (Ío seré, Él que a Ustedes me ha Enviado), cual es el pronunciamiento adecuado del Tetragrama verdadero; y aún por el Nombre extraordinario que de este se desprende: IESÚE comúnmente “Jesús”, que también posee las cuatro letras del Tetragrámaton y es incuestionable la palabra salvación para todas las naciones del mundo, a continuación se pasa hacer con mayor amplitud las siguientes aclaratorias:
Antecedente histórico del texto consonántico:
Después de la destrucción del Templo de Salomón en el año 70 d.C., por tropas romanas, se reorganizó el judaísmo bajo la dirección de la Escuela de Hillel, cual gracias al crecimiento obtenido por Gamaliel el Mayor y el rabino Iohanan ben Zakkai entre otros, se restableció el Consejo de Ancianos en Jamnia, integrado únicamente por la secta de los fariseos. Luego a principios del siglo II, Gamaliel Segundo, quien era rector de la escuela tiberiades expulsó de todas las sinagogas a los cristianos de origen hebreo, con una severa y maligna sentencia “Dejad que los Nazarenos y los herejes perezcan en un instante, permite sean excluidos del libro de los vivos y permite que sean separados entre los justos” (81).
Otra situación anormal en detrimento del cristianismo, fue la oposición a la Septuaginta (LXX) y al Canon que sustentaba, pues era el interés perverso del judaísmo rabínico farisaico de basarse en argumentos acerca de la línea sucesoria de la Torá escrita y oral, con criterios ambiguos para intervenir varias veces en el Canon Hebreo, y así erradicar todo cuanto a citas proféticas tuvieran similitud con los Evangelios de Cristo. Pero los antiguos manuscritos en hebreo, arameo y en griego hallados en Qumrán, han demostrado que a las escrituras paleo hebreas a.C., la Septuaginta (LXX) tiene una fidelidad, y dejan incierta la postura de los eruditos de hacerla creer “una versión parafrástica” igual a un tárgum o comentario.”
De entre los rabinos que a la par de Hillel también figuró como un personaje representativo, fue Akiba, de quien emanó el mayor esfuerzo de establecer “El consonántico Rabínico”, también denominado “El Texto Proto Masorético”, por el cual se descartaron y se destruyeron valiosos manuscritos de las sagradas escrituras. A pesar de esta situación, algunos textos no concordes con el consonántico rabínico se lograron salvar. Por ejemplo uno de estos además de la Septuaginta (LXX), es el Pentateuco Samaritano.
Invención masorética y Anomalías del Nuevo Tetragrama
Haciendo un deductivo relacionado al Siglo VI d.C., es sabido desde entonces, los hechos atribuidos a los masoretas tiberiades de la escuela palestinense, quienes dieron origen al seudónimo "YaHoVaH” con la implementación de un nuevo tetragrama (יהוה: YHVH), que de ellos se derivó, cuando haciendo sus traducciones del texto consonántico farisaico, ocasionaron innovaciones, en el sentido de que a las consonantes, le colocaron arriba y abajo e intercaladas minúsculas vocales en forma de signos diacríticos, para que además de lograr prestigio con la aplicación de la llamada madre de lectura, evitar la verdadera pronunciación del Nombre Sagrado, con el pretexto de blasfemia y de no poderse pronunciar en vano, en el sentido ambiguo que le dieron a Levítico 24:16, y a Éxodo 20:7.
Cuyo tetragrama que se escribe de derecha a izquierda, luego fue utilizado por otros ideólogos religiosos para el establecimiento del seudónimo “YaHVeH”, de supuesta tradición samaritana. No obstante se ha de destacar que debido a la práctica de los hebreos antiguos de escribir con cincel a mano alzada sobre piedras de izquierda a derecha, el tetragrama verdadero que a muchos por desconocimiento no se les escucha pronunciar, se podía escribir conforme al hebreo arcaico y de acuerdo al paleo hebreo en las formas pictográficas respectivas, con la misma expresión transcrita al Griego Medio Eubeo y al español: IEUE.
¿Qué anomalía hay con el nuevo tetragrama יהוה: YHVH?
Las anomalías más observadas son las consonantes “Y” y “H”, por no corresponder al verdadero tetragrama, que inicialmente en los tiempos de Moyfen (Moisés), se escribió en hebreo arcaico con las respectivas cuatro vocales, y ratificado mucho tiempo después por el hebreo paleo y por otros alfabetos con la misma representación. Para más detalles sobre dichas consonantes, Obsérvese en la próxima página la siguiente tabla:
La Reforma Protestante y Willian Tyndale
En el Siglo XV, a mucho tiempo de ocurrir que con minúsculas vocales en el nuevo tetragrama (יְהֹוָ,ה) se suscitara el inventado nombre “YaHoVaH” por un grupo de eruditos masoretas de la escuela palestinense y de proceder el traductor Aharon Moisés ben Asher, quien lo transcribió en su manuscrito que hoy es conocido “Códice de Leningrado”, y del que con mínimas diferencias fonéticas se escribiera en otras traducciones de los textos sagrados: “Biblia Hebrea Rabínica (Años 1516-1517 y 1524-1525) de Daniel Bomberg”, nació la Reforma Protestante en Alemania, y tras repercutir en Inglaterra, sucedió que el valeroso Sacerdote inglés William Tyndale, sin que tuviera conocimiento acerca del verdadero nombre del Padre Eterno y en su deseo fervoroso de transcribir las sagradas escrituras al idioma anglosajón, lo adoptó como Iehoua y lo transcribió en su traducción de los cinco primeros libros del Antiguo Testamento (Pentateuco); y el nombre Iehoua más tarde de aparecer editado en la Biblia del Oso de Casidoro de Reina (1569), e inalterablemente en la Biblia Hebraica de Rudolf Kittel y Estuttgartensia, etc., pasó a estar contenido en muchas versiones actuales de la Biblia como Jehová. En principio ante el inventado nombre “YaHoVaH”, los rabinos se quedaron tranquilos, puesto que aunque contrarios a Éxodo 9.16 y a Romanos 9.17 acerca de lo dicho por el Omnipotente, para que su Nombre sea anunciado en toda la tierra, y que lejos de nombrarlo en vano, o se profanara por parte de los gentiles el temible y verdadero nombre del Divino Ser, estarían encubiertamente contribuyendo contra el cristianismo y quedara en silencio lo que hizo la Casa de Judá, por no recibir y crucificar a IEUE (IESUE), comúnmente “Jesús”, él mismo que como Omnipotente conoció Abraham, Isaac y Jacob (Éxodo 6:3).
Resultado último en JeHoVá, un nombre con un sonido incorrecto y totalmente distinto al Hebreo Arcaico y al Paleo Hebreo, con los que se escribió correctamente el Sagrado Nombre IEUE y que en el idioma moderno por la presunta costumbre samaritana y por la adecuación al idioma Inglés, lo transliteraron a otras formas “YaHVé y YaHVael”, que al eliminarles la última "H", tales cuales sin las vocales minúsculas u otro complemento consonántico quedarían (JHV y YHV).
Y el fin de ello que resulta tan bochornoso y por demás absurdo, es la persistencia de pronunciar subtítulos y la perseverancia de enunciar con el nuevo tetragrama, algunos seudónimos para no mencionar el Santo Nombre, que hasta en Israel está prohibido. Sin tomarse en cuenta a la Oración de Salomón: “Tu oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y harás conforme a todas las cosas por las cuales hubiere clamado a ti el extranjero; para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre y teman así como tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo he edificado (2ª de Crónicas 6:33); y sin que tampoco se le esté dando importancia a los siguientes textos de las Sagradas Escrituras, donde IEUE inspira y anuncia: "Lo libraré, le pondré en alto por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará y yo le responderé (Salmo 91:14-15); En ti confiarán los que conocen tu nombre (Salmo 9:10); Alaben tu nombre grande y temible; Él es santo (Salmo 99:3); Por tanto mi pueblo sabrá mi nombre (Isaías 52:6)."
La ambigüedad que genera el seudónimo “Jehová”
El seudónimo “JeHoVá genera ambigüedad al Nombre del Ser Supremo; y tanto aun cuando al quererse dar una interpretación a Jesús, de este digan “Salvación de Jehová”, por cuanto es un derivado hispano-europeo, que resultó de modificar Iehoua, luego que los Masoretas con la intención de ocultar y sustituir el verdadero nombre de Dios, crearon YaHoVáH, al incluir las minúsculas vocales “a, o, a” de adonay (mi Señor) en forma de signos diacríticos en un nuevo tetragrama cuadrado (הוהי), cual traducido a otros idiomas, es conocido generalmente: “YHVH o YHWH”, pero que en Hebreo Arcaico y Paleo Hebreo, el sagrado nombre era pronunciado IEUE. Por ello es tan ambiguo el seudónimo “Jehová”; y cuanto más si se toma en cuenta, que al referirse a IESUE, comúnmente “Jesús”, se le atribuya la salvación al Divino Ser, acompañada de un seudónimo que no le corresponde.
Los seudónimos “Jehová y Yahvé” y Letras del Alfabeto Hebreo con Contenido, Expresión y Sonido Vocálico:
Jehová y Yahvé, más comunes y defendidos por algunos grupos de creencias opuestas, ya no deberían seguir pronunciándose por las siguientes dos de otras razones: 1) Se debe tomar en cuenta lo anteriormente aclarado sobre el texto consonántico farisaico y acerca de un grupo de eruditos judíos masoretas tiberiades de la escuela palestinense, que en el Siglo VI d.C., de ellos surgió el plan de suplantar y ocultar el verdadero nombre del Padre Eterno, con el pretexto de no lo blasfemasen o nombrasen en vano. Utilizando para esto un nuevo tetragrama (הוהי: YHVH), en el que agregando minúsculas vocales en forma de signos diacríticos, dieron origen al seudónimo “YaHoVáH”; y 2) Otro tanto discurrido de dicho tetragrama, es el seudónimo “YaHVé” de aparente creencia samaritana, en el supuesto de los samaritanos no idos al destierro de Babilonia y se habían separado del Reino del Sur, lo usaron basándose en tradiciones antiguas. Por todo esto en el transcurrir de la edad contemporánea, muchos desconocen el verdadero nombre del Padre Eterno, y escritores aficionados y eruditos dedicados a la traducción de las Sagradas Escrituras, conscientes de no ser correctos dichos seudónimos, han señalado los obstáculos en procurar descifrar el enigma en torno al tetragrama actual (הוהי). Acerca del cual por el mal conocimiento poseído del alfabeto Hebreo Antiguo, dado al carácter consonántico impuesto por los rabinos judíos farisaicos, aducen tenía una forma correcta de pronunciarse, que solo los conocedores sabían y el sumo sacerdote dedicado a la administración del Templo de Salomón, podía anualmente mencionarlo y llevar puesta la corona de oro que lo contenía grabado (Guerra de los Judíos, Capítulo VI).
Tal enigma se cuestiona y ya no debería seguir existiendo, por el hecho de la noción falsa sobre el alfabeto Hebreo Antiguo, en el sentido de que al aducir está constituido de solo consonantes y las vocales se sobre entienden, le dieron una forma ambigua de utilizarlo. Por tanto es la persistencia de los traductores en el uso de minúsculas vocales en forma de signos diacríticos; y en consecuencia son las tergiversaciones o distorsiones que se observan en algunas traducciones bíblicas de los textos sagrados.
Ya para terminar con un poco más en cuanto a ello, es necesario relacionarlo con lo que se infiere aportó en vida “Ioseph ben Matitiau”, nacido en el año 37 d.C., de una familia sacerdotal nativa de Judea enlazada a la monarquía de los asmoneos. Al cual después de ser liberado de prisión por órdenes del Emperador Vespasiano, le sobre vino bien, pues aún por lo que a favor de este vaticinó en contra de Nerón, le otorgó la ciudadanía romana y le puso por Nombre “Titos Flavius Iosephus (Flavio Josefo)”. Del que se conoce tenía desde niño una gran formación en el estudio sagrado, y por ende un buen intelecto para la escritura, mediante hizo la Guerra de los Judíos, y donde refiriéndose al Sumo Sacerdote y al Sagrado Nombre, escribió lo que a seguida es de suma importancia para el saber humano: “Cubríale la cabeza una mitra o tiara con una corona hecha de Jacinto; y alrededor de ella había otra corona de oro, la cual traía las letras sagradas, que son las cuatro letras vocales.” (Guerra de los judíos, Cap. VI). Es decir, cuatro mayúsculas vocales y no consonantes con puntos diacríticos.
IEUE
Se puede corroborar en las sagradas escrituras, que aunque Él Omnipotente habló a Moisés en tiempo presente, le reveló que con el sería y al pueblo enviaría al decirle: “Seré: El que seré”. Por tanto al requerirse dar un pronunciamiento adecuado al Tetragrama, es precisamente IEUE, puesto es el dicho del Omnipotente a Moifén (Moisés) en el Monte Horeb, en medio de una llama desde el zarzal que ardía en fuego y no se consumía: “Seré: El que seré”; y así dirás a los hijos de Israel: “Ío seré, El que a Ustedes me ha Enviado” (éxodo 3:1-14).
Un acotamiento con respecto a la correcta forma de leer a éxodo 3:14, tal como aparece contenido en los textos sagrados antiguos, es que los Masoretas tiberiades de la escuela palestinense lo cambiaron de acuerdo a una nueva manera de leerlo, con el plan de ocultar el sagrado nombre del Divino Ser. Por este motivo en las biblias anteriores, éxodo 3:14 no se escribió como se debería, y de aquí para las biblias actuales y por la imposición de criterios ambiguos, lo hayan hecho peor todavía. Por ejemplo, la biblia Reina de Valera, 1960 y la Biblia del Oso de Casidoro de Reina (Año 1569) se contradice entre sí, ya que éxodo 3:14, cada una lo tiene escrito textualmente así:
Versión Reina de Valera, año 1960 (Biblia Plenitud, Éxodo 3.14: |
Biblia del Oso de Casidoro de Reina (Año 1569), Éxodo 3.14:
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YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los Hijos de Israel: Yo Soy me envió a Vosotros
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Seré: El que Seré; Y dijo: Así dirá a los Hijos de Israel: Seré me ha enviado a vosotros.
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Lo que respectivamente por las iniciales de estas dos versiones de Éxodo 3:14, no corresponden al inventado nombre de JeHoVá, ni de YaHVé, sino que discordantemente solo sería (YEV y SEV); y que confirman mucho más, de como causante a los masoretas de la escuela palestinense, se haya continuado en el transcurso del tiempo con la adulteración de los textos Sagrados en algunos aspectos.
De esa forma se incumple por una parte la prohibición de profanar el Nombre de Dios (Levítico 22:32), y se cumple también así, la profecía de Ezequiel 36:19-23, con respecto a la profanación del Sagrado Nombre:
“Les esparcí por las naciones, y fueron dispersados por las tierras; conforme a sus caminos y conforme a sus obras les juzgué. Y cuando llegaron a las naciones a donde fueron, profanaron mi Santo Nombre, diciéndose de ellos: Estos son pueblo de YaHoVaH, y de la tierra de él han salido. Pero he tenido dolor al ver mi nombre profanado por la casa de Israel entre las naciones a donde fueron. Por lo tanto di a la casa de Israel: Así ha dicho IEUE el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi Santo Nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones a donde habéis llegado. Y santificaré mi Grande Nombre profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy IEUE, dice IEUE, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos”.
En el mismo orden de ideas, se vislumbra la contraposición al idioma hebreo moderno, ya que las cuatro letras del tetragrama en Hebreo Arcaico y Paleo Hebreo, revelan la existencia del Ser Divino con el nombre de IEUE:
Significado actual:
I- trabajar, tirar, alabar
E- mirar, revelar, suspirar
U- aumentar, asegura, gancho
E- mirar, revelar, suspirar
Subsiguientemente al leerse el libro del Profeta Isaías, se observa una afirmación del Altísimo, en decir “Yo”, IEUE; ¡éste es mi nombre! Y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas (Is. 42:8).
Además sin que pueda haber perjuicio de otros textos sagrados, tal uno de los casos mediante el Padre Eterno hace su afirmación de salvador y de divinidad única existente, se debe tomar en cuenta lo que él en la Isla de Patmos, le reveló a Juan el Teólogo acerca de su existencia como el primero y el último y en tiempo presente, pasado y futuro (Apocalipsis 1:8-17). Es decir Ayer, hoy y siempre, pero de la manera que en cada tiempo ha querido llamarse; y prueba de esto es: Éxodo 6:3, donde se puede verificar, que para con Abraham, Isaac y Jacob, no se manifestó con su Santo Nombre IEUE, que le reveló a Moyfen (Moisés) en el Monte Horeb, sino que a ellos se dio a conocer como Él Omnipotente. Lo que contradice los hechos fraudulentos, que se observan en la Biblias actuales, por cuanto en Génesis, libro que antecede al Éxodo, han escrito Jehová.
IESUE, comúnmente "Jesús"
Este es el nombre que de IEUE se dedujo, para el cumplimiento de lo que Él Omnipotente en el Monte Horeb, le reveló a Moyfen (Moisés), al decir: “Seré: El que Seré”. Precisamente en la personificación de IESUCRISTO. También IESUE, comúnmente “Jesús” representa el calificativo más excelso del Altísimo, puesto que además de IEUE, tiene incluida la palabra “Salvador"; es decir IEUE SALVADOR, observase:
I - Ío soy
E - El
S - Salvador que a
U - Ustedes me ha
E - Enviado
Nombre con el cual, su sangre y su muerte, validaría el nuevo pacto para salvar a su pueblo de sus pecados (Mt. 1.21; Jn 1.41 y 4.42; Dn. 9.26; y Heb. 9.16-28).
Conclusión:
En vista que el seudónimo "Jehová” no es una expresión original, sino una modificación europea, luego que los eruditos judíos llamados masoretas profanaran el Sagrado Nombre, con un nuevo tetragrama y que lo transliteraron a “YaHoVaH”, y hasta que dejó de pronunciarse “Iehoua”, es necesario que a nuestro Padre Eterno, tanto en el momento de invocarlo como en las Sagradas Escrituras, se le nombre apropiadamente. Tal es el caso IEUE (IESUE) comúnmente "Jesús", que traducido el primero es “Ío seré, El que a Ustedes me ha Enviado” y el segundo que de este se desprende, con respecto a la salvación de todos los pueblos, para que él pueda escuchar con mayor prontitud y beneplácito toda plegaria u oración, pues ya no se trataría de sostener la creencia en Él Omnipotente, con un nombre que fuera adoptado y modificado por protestantes europeos, ni en uno supuestamente de costumbre samaritana; y que por consiguiente se transcribiera en varias obras y versiones bíblicas (las erróneas denominaciones "Jehová”, “Yahvé” o “Yahvael” con un nuevo Tetragrama).
Es importante acotar, que en el Antiguo Pacto y en el Nuevo Testamento, dice perfectamente, que quien invoque el Nombre de IESUE, será salvo (Joel 2:32; Hch. 2.21; y Ro. 10:13); y por ende ¿Qué salvación entonces puede recaer en quien invocando otro nombre inventado por el hombre se arrepienta, se bautice, ore y predique?. Por lo tanto es contra prudente, que algunos llamados cristianos digan que aunque en las biblias actuales no esté el verdadero nombre del Creador de todas las cosas, sino Jehová o Yahvé, se está creyendo y adorando al mismo Dios. ¿En quién se ha de creer, en Él Omnipotente o en los hombres? Mucho aún cuando él mismo en Ezequiel 36.19-23, dice que su nombre ha sido profanado y que lo ha de santificar en medio de las naciones en donde esparció a los hijos de Israel. Entonces sería para Él Altísimo por demás ofensivo, que quienes dicen ser cristianos, lo sigan profanando con Jehová o Yahvé u otros nombres extraños. Finalmente, es menester que se cumpla lo que IESUCRISTO cuando contrario a las largas oraciones y vanas repeticiones, enseñó a sus discípulos en cuanto a lo referente al Padre Nuestro, diciéndoles: “Santificado sea su Nombre” (Mt. 6:9-13; y Lc. 11:2).