El “logos” de Dios, comúnmente conocido como “La Palabra de Dios” o “el Verbo de Dios”. Es este “logos” quien de alguna manera se manifestó al hombre en forma de semejanza humana (semi-humano) o fue nombrado Dios (Elohim), y que generalmente se le hace llamar el “ángel de Yahweh”, o bien, el “mensajero de Yahweh”.
Existe una creencia de que ese “ángel” o “mensajero” era exactamente el mismo Hijo de Dios, conocido por muchos como Jesucristo, Jesús, Yahushua, Yehoushua, Yéshua, Ieusuo, IEUSHUO, Cristo, el Mesías, el Ungido, el Hijo del Hombre, el Hijo de Dios, el Hijo de Elohim, etc. También existe otra creencia que argumenta que ese “ángel” no era propiamente Yahushua, sino uno de los tantos mensajeros que Dios ha enviado al hombre para dar noticias o revelar verdades del Padre Dios, Yahweh.
En este epígrafe me limitaré e invito a limitarse a estos dos argumentos (y no a que no existió el ángel de Yahweh, Yahweh, o el Hijo de Dios: Yahushua), a los que participan en este foro, para evitar desvío del tema (gracias por su amabilidad).
Me gustaría argumentar que en ningún lado se enseña y se dice que el “ángel de Yahweh” sea Yahushua propiamente, ni viceversa. Si eso afirmamos, entonces no estamos limitándonos a la enseñanza por medio de la Escritura; es decir, no estamos dejando que la Escritura misma se revele por si misma por medio de la Palabra de Dios (el “logos”), sino por nuestra propia imaginación, idea, criterio, y palabra, y en el peor de los casos, hasta volverse un capricho terquedad.
Ahora bien, si dejamos que libremente la esencia Escritural nos revele quién fue ese “ángel de Yahweh” con quién platicó Moisés, podremos ver que ese ángel o mensajero era el medio por cual se hacían todas las cosas que Dios Yahweh mandaba o decía hacer. Por lo tanto, ese “ángel” fue una manifestación de la "Palabra de Dios", el “logos”, pero manifestado en la Tierra en forma semi-humana (si lo queremos ver así).
¿Dónde dice y enseña esto la Escritura de manera un poco más clara que en otros pasajes?
R: En Juan 1 y en Hebreos 1, Juan 6, Hechos 7, Jueces 13, y Apocalipsis 19
Juan 1 señala que en el principio Yahushua, el niño nacido que vino en carne hace casi 2000 años, no era un ser humano, sino el “logos” de Dios (la Palabra/Verbo de Dios). Es decir, antes de que ese niño calificado como santo, fuera llamado Yahushua, fue primero “la Palabra de Dios” (el “logos”).
Eso es cierto Escrituralmente, pues si por medio de la “Palabra de Dios”, fueron hechas todas las cosas (Dios decía “hágase”, y se “hacía”: Génesis 1), lo mismo se ha dicho para Yahushua Ha Mashiaj’ (Jesús el Mesías), lo dice y enseña la Escritura, en su esencia.
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
2 Este era en el principio con Dios.
3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Por otro lado, Hebreos 1, confirma lo dicho por Juan, donde se dice que Dios le había hablado a los profetas y a los padres de la antigüedad de varias maneras, muchas veces, pero que en los días en que los apóstoles escribían, les había hablado por medio del Hijo, es decir, por medio de Yahushua, no por “el ángel de Yahweh”. Lo que quiere decir es, que Dios usó muchas maneras de manifestarse al hombre, tangible o intangiblemente, pero hace cerca de 2,000 años habló por medio de un ser humano llamado Yahushua, el cual en su inicio o morfología fue “el logos” de Dios, es decir era su misma “Palabra o Verbo”, o dicho de otra manera, era el medio por el cual se hacían todas las cosas, por eso se dice que era Dios (Elohim)
1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
En Juan 6 vemos Yahushua se refirió a ese “logos” o Palabra/Verbo de Dios, metafóricamente como “el Pan del Cielo”. Por eso respondió que él era el “Pan del Cielo” que descendió del Cielo, y que da Vida. Es por eso que Yahushua dijo: “AUNQUE ME HAS VISTO NO CREES”. También dijo: “AQUEL QUE HABÍA APRENDIDO DEL PADRE Y LO HABÍA OIDO, IRÍA HACÍA EL HIJO”. Eso determina que antes de haber sido el “logos” convertido en carne y ser llamado Yahushua, primero fue varias manifestaciones, y entre ellas, llamada el “Ángel de Yahweh”. A ambos si los pudieron ver, tanto al Ángel de Yahweh, como a Yahushua. Aquél que escuchaba a Yahweh, o aprendía de Él (en Espíritu), conocería al Hijo.
31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.
32 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo.
33 Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.
34 Le dijeron: Señor, danos siempre este pan.
35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
36 Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.
45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.
46 No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre.
Y ya en Hebreos 7, vemos que quien se apareció a Moisés, fue un ángel que Yahweh, el Padre, usaba para hablar con Moisés y con los profetas, o los padres de la antigüedad. Cada uno recibió de ese ángel palabras que daban vida, tan iguales como las palabras que daba Yahsuhua, las cuales eran palabras de Verdad y Espirituales. Eso es porque lo que habló era el “logos” de Dios, la Palabra misma de Dios, en la que estaba su propio Espíritu.
30 Pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza.
31 Entonces Moisés, mirando, se maravilló de la visión; y acercándose para observar, vino a él la voz del Señor:
32 Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar.
38 Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que recibió palabras de vida que darnos.
Más adelante vemos que Esteban, de quien se narró este acontecimiento y se colocó en el libro de Hechos 7, dijo estando en el Espíritu, que a quién él estaba viendo era a: Yahushua y la gloria de Dios, y ese Yahushua lo determinó él como el Hijo del Hombre a la diestra de Dios (el Padre, Yahweh).
55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios,
56 y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.
Así entonces, cuando Yahushua habló de que el era el "Pan del Cielo", aconteció lo siguiente:
60 Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?
61 Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende?
62 ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero?
63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
Y en Jueces 13, se aclara el asunto de que los antiguos judíos pensaban que el “angel de Yahweh” era Yahweh propiamente, Dios mismo (Elohim), y por tal querían adorarlo o darle sacrificio. Y claramente se mira que ese “ángel” no dio su nombre, no era momento o no tenía como tal, nadie lo había conocido cuando Manoa, el papa de Sansón, se le había aparecido el “angel de Yahweh”. Pero no fue hasta que se dio cuenta, y ver que no había muerto por verlo, como así lo creían desde tiempos de Moisés, que se dedujo que ese “ángel de Yahweh”, era el mismo a quien consideraban los judíos era su Elohim, Yahweh.
6 La mujer fue y se lo contó a su marido, diciendo:
«Un varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era muy temible como el de un ángel de Dios. No le pregunté de dónde venía ni quién era, ni tampoco él me dijo su nombre.
7 Pero sí me dijo: “He aquí que tú concebirás y darás a luz un hijo; por tanto, desde ahora no bebas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda, porque este niño será nazareo para Dios desde su nacimiento hasta el día de su muerte.”»
8 Entonces oró Manoa a Jehová, y dijo: «Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel hombre de Dios que enviaste regrese ahora a nosotros y nos enseñe lo que debemos hacer con el niño que ha de nacer.»
Aquí se mira como los judíos le pedían a Yahweh, y a la vez sabían que era un (o unos) “ángel de Yaweh” que revelaba verdad y actuaba en consecucuencia. Pero hasta que no comprendían, no podían determinar que ese “ángel” era de verdad la manifestación de lo que Yahweh decía hacer, es decir, era la Palabra de Yahweh misma, el “logos”, por eso ese ángel decía a sobre sí ser Yawweh cuando lo veían o lo contemplaban, pues en ese “ángel” estaba el Espíritu de Yahweh (invisible). Veamos más del pasaje de los padres de Sansón:
16 El ángel de Jehová respondió a Manoa:
—Aunque me detengas, no comeré de tu pan; pero si quieres hacer un holocausto, ofrécelo a Jehová.
(Manoa no sabía aún que aquel hombre era el ángel de Jehová.)
17 Entonces preguntó Manoa al ángel de Jehová:
—¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumpla tu palabra te honremos?
18 El ángel de Jehová respondió:
—¿Por qué preguntas por mi nombre, que es un nombre admirable?
19 Tomó, pues, Manoa un cabrito y una ofrenda, y los ofreció sobre una peña a Jehová. Entonces el ángel hizo un milagro ante los ojos de Manoa y de su mujer. 20 Porque aconteció que cuando la llama subió del altar hacia el cielo, Manoa y su mujer vieron al ángel de Jehová subir en la llama del altar. Entonces se postraron en tierra. 21 Manoa supo entonces que era el ángel de Jehová, pues no se les volvió a aparecer ni a él ni a su mujer. 22 Y dijo Manoa a su mujer:
—Ciertamente moriremos, porque hemos visto a Dios.
23 Su mujer le respondió:
—Si Jehová nos quisiera matar, no aceptaría de nuestras manos el holocausto y la ofrenda, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto.
Aquí se pudo corroborar lo anterior expuesto, cada vez que uno le pide al Padre, a Yahweh en Espíritu y de manera verdadera, quien actúa es un “mensajero” enviado del Cielo con la autoridad, misión y fidelidad de hacer la voluntad del Padre Yahweh, en su mismo nombre. Este mensajero es el “Pan del Cielo”, es la Palabra de Dios, el Verbo, el “logos”, quien actúa con justicia plena sobre la Voluntad del Padre, Yahweh.
Conclusión: El ángel de Yahweh no es que fuera Yahweh propiamente, sino era considerado Elohim por estar con Elohim Yahweh, en él, uno con él; es decir, la esencia de Yahweh, su Espíritu, estaba en el Ángel de Yahweh, por tal se hacían uno mismo. Tampoco ese Ángel era Yahushua propiamente, sino que la sustancia de Yahweh con la cual se hicieron las cosas (el “logos”) por medio Espiritual, fue manifestada de forma semi-humana en otro tiempo, y luego hace cerca de dos milenios, ese mismo “logos” (no ese mismo “ángel”), se manifestó de manera humana, y se le llamó: Yahushua.
Es por eso que a ese “ángel” se le hacía llamar o confundir por Yahweh Elohim (Dios) en la Tierra, antiguamente (y algunos hoy también lo afirman). O bien, lo mismo que hoy sucede, a Yahushua se le hace llamar o confundir como el Dios Yahweh. Otros también afirman que el “Angel” era el mismo “Yahushua”; tan solo porque ambos, el Ángel como Yahushua, iban en nombre de Yahweh, el Padre, fiel a su mensaje, su Palabra misma, el “logos” de Dios.
Por tal podemos ver, quien de verdad luchaba para hacer justicia en los tiempos antiguos, a favor de los judíos, y viceversa. Era una manifestación del “logos” de Dios. Pues a Dios, el Padre, su gloria como tal, no se puede ver durante nuestra vida terrenal directamente.
Apocalipsis 19
11 Entonces vi el cielo abierto, y había un caballo blanco. El que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12 Sus ojos eran como llama de fuego, en su cabeza tenía muchas diademas y tenía escrito un nombre que ninguno conocía sino él mismo. 13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre y su nombre es: La Palabra de Dios. 14 Los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, lo seguían en caballos blancos. 15 De su boca sale una espada aguda para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro. Él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16 En su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores.
Lucas 18
19 Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo Dios.
Juan 1
14 Y aquella Palabra fue hecha carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.