La respuesta a esta cuestión es muy sencilla: ‘no’. Pero evidentemente la misma no puede ser rotunda y contundente, ya que tiene muchísimos matices y porqués que deben ser explicados.
A nivel de todo el planeta el tanto por ciento de hombres y mujeres que nacen está muy equilibrado y podríamos decir que hay un empate técnico: 50,34% hombres y 49,66% mujeres (según datos de la Population Reference Bureau )
Si nos pusiésemos a diferenciar por regiones o países es donde podríamos encontrar pequeñas diferencias, que en algunos casos dan mayor ventaja al número de féminas nacidas, pero que puede variar en un 3 ó 4% en los casos más extremos, siendo en la mayoría de ocasiones tan solo unas décimas.
Por poner un ejemplo: en España la proporción de mujeres es del 50,75% frente al 49,25% de hombres (según datos del Instituto Nacional de Estadística del 1 de enero de 2013). Si lo comparamos con los datos estadísticos de población de 1900 (también del INE) la proporción era de 51,19% mujeres y 48,81% hombres.
Pero si en lugar de centrar la estadística en el número de nacimientos nos fijamos en personas vivas de un sexo u otro, podemos observar que, según va envejeciendo la población (y debido a que las mujeres tienen mayor esperanza de vida), nos encontramos que ese porcentaje se acentúa progresivamente.
La población actual con 60 años es de un 50,90% de mujeres y 49,10% hombres. En la franja de 75 años de edad se sitúa en el 55,48% mujeres y 44,52% hombres. La mayor diferencia la encontramos en personas mayores de 90 años, donde hay un 69,43% de mujeres frente al 30,57% de hombres.
Como he adelantado al inicio del post, salvo casos muy concretos, a nivel mundial el número de hombres y mujeres es prácticamente igual, pero cabe destacar que a lo largo de la historia ha habido varios factores determinantes que han podido desequilibrar la balanza hacia un lado u otro, como guerras y enfermedades epidémicas.
En época de guerras la mortalidad masculina era superior, ya que eran los hombres quienes solían ir al frente, por lo que la población femenina era mucho mayor.
También hemos de tener en cuenta que siglos atrás, debido a que no había avances médicos, un gran número de mujeres fallecían en el momento de dar a luz o por otras circunstancias, por lo que la balanza de la demografía entre sexos parece que se ha ido manteniendo bastante equilibrada.
Por último queda explicar de dónde surge el famoso mito, que durante muchísimos años ha ido pasando de boca en boca a través de las generaciones, y el cual decía que por cada hombre había/correspondía siete mujeres (algunas versiones dicen cinco y otras tres). Viene de la época en la que por cuestión de mayor mortalidad masculina a consecuencia de las guerras (sobre todo en la Edad Media), muchas aldeas/poblaciones quedaban sin apenas hombres, por lo que dio pie a que en muchos lugares se realizasen dichas comparativas. Las mujeres fértiles y en edad de seguir procreando debían proporcionar descendencia (a poder ser de sexo varón) y, evidentemente, tenían que hacerlo a través de los pocos hombres disponibles (que en algunos casos sí que era en una proporción de 1 a 7). Pero como he indicado, han sido en periodos y lugares muy concretos.