Una ley es un decreto establecido. En el antiguo Israel se establecieron paulatinamente diversas ordenanzas hasta el 1500 a.C. aprox., cuando se fijaron 10 mandamientos oficiales (Éxodo 20) y 613 normativas. Todo este conjunto fue conocido como "la Ley".
Debido a la tradición, la ley se constituyó ideológicamente como una misma, el Decálogo (10 mandamientos) y las mitzvot (ordenanzas).
Con el tiempo, los escritos de Moisés, definidos como la Torah (Pentateuco, o cinco primeros libros del Antiguo Testamento) fueron entendidos como "la ley", aunque estos no se referían exclusivamente a la misma. La Torah incluía el Bereshit (el comienzo), Shemot (los nombres), Vaikrá (y llamó), BaMidbar (en el desierto) y Dbarim (cosas). Estos cinco se conocen en español como Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, respectivamente.
Aunque las 613 ordenanzas constituían básicamente Vaikrá con respecto de los levitas y el sacerdocio, se tomó todo el conjunto de la Torah como la ley entregada al pueblo israelita.
Torah significa "doctrina", aunque su raíz "or" denota "luz", por lo que alude a "esa luz" recibida.
De modo que es un error de tradición decir o traducir que la Torah es la Ley, siendo que más bien la Ley es expuesta dentro de la Torah (Pentatéuco), y es presentada como enseñanza.
De modo que la Ley es confundida asimismo con el decálogo y las mitzvot por mero costumbrismo. Luego la ley y las obras se confunden habitualmente con las "obras de la ley" (las 613 ordenanzas), dado que la ley son los 10 mandamientos, y las obras, buenas obras (2° Timoteo 3:17), son los frutos de la fe (Santiago 2:18). Por lo que una cosa son las buenas obras de la fe, la ley de la Libertad y de los 10 mandamientos, resumidos en "frutos" (Juan 15:8), y otra cosa distinta es la observancia de las mitzvot (Gálatas 2:16), es decir, las obras de la ley del Sinaí que se limitaban a Israel y a un periodo específico (Génesis 49:10).
Las 613 ordenanzas estaban supeditadas a un mandamiento que determinaba que por una sola norma incumplida se violaba toda la ley (Gálatas 3:10, Santiago 2:10). Por consiguiente, ya no se puede cumplir por infinidad de razones (Colosenses 2:21).
Las 613 ordenanzas eran definidas como "el legislador", mas Jacob profetizó que éste sería quitado cuando viniese el Elegido.
Según Daniel, el Mesías sería muerto y seguidamente un príncipe extranjero destruiría el templo y luego serían los judíos expulsados y esa tierra puesta en devastación hasta el fin (Daniel 9:26). Ese príncipe fue el posterior emperador Tito, y quien expulsó a los judíos fue el emperador Adriano. De modo que las 613 ordenanzas como ley se abolieron en el siglo I de nuestra era.
Estas ordenanzas constituían aspectos de higiene, orden público, dietética, servicios sacerdotales, rituales de sacrificios y simbolismos. Nada de esto era práctico con respecto de los mandamientos de Jesús, salvo su simbología, ya que tienen algo de virtud pero no representan la justicia del reino de los cielos (solo eran ejemplos y vaticinios sobre lo que había de venir: Lucas 16:16 y Hechos 24:14, Romanos 3:21).
Jesús cumplió con las 613 ordenanzas para dar ejemplo y testimonio, y para ser limpio en cuanto a la ley, de modo que su sacrificio como cordero contase como "sacrificio sin mancha", al grado de ser óptimo para pagar el precio por los pecados.
Así, al cumplir con todo, Jesús vence la ley antigua y el pacto antiguo, e instaura el nuevo, siendo intermediario, no como los levitas (Hebreos 7:11), en cosas corruptibles, sino como Melquisedec, en cosas incorruptibles (Salmo 110:4).
La verdadera ley se basa en el seguimiento de lo espiritual (Lucas 18:20, Marcos 10:19), en cuanto al reino del Padre Celestial (Mateo 22:4, Marcos 12:30-31), y en conformidad a ello, el altruismo (Mateo 7:12) y los frutos del Espíritu, que se basan en el Amor (Juan 13:34, 14:15-21, 15:10-12 y 1° Corintios 13:13).
Por: Frederik Guttman