24 Cuando llegaron a Cafarnaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro maestro no paga las dos dracmas? 153 25 El dijo: si; y al entrar él en la casa, Jesús le habló primero diciendo: ¿Qué te parece Simón? Los reyes de la tierra, ¿De quienes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños?
Nota: Este impuesto de medio estatero, o de medio siclo (dos dracmas) se cobraba anualmente para el sostenimiento del templo (Exodo 30: 11,…16; y 38: 26).
Este impuesto tenía sustento legal, y en la época de Jesús se cobraba a los hijos de Israel. Por el comentario de Jesús se infiere que él estaba exento de este gravamen por ser de la “Casa de David” (linaje real).
Las palabras de Jesús tienen una carga de fina ironía, pues el rey de Israel en ese entonces era Herodes Antipas, hijo de Herodes el grande, no era descendiente de linaje real, pues no era de la “casa” de David; ni siquiera era israelita. Su llegada al trono fue a causa de su padre Herodes quien ordenó la matanza de niños en tiempos del nacimiento de Cristo. Se había criado en la casa de Juan Hircano II (descendiente de los macabeos), donde su padre era mayordomo por recomendación de César.
UN POCO DE HISTORIA
En el año 170 antes de Cristo fueron suspendidas las libertades religiosas de Israel, que se hallaba bajo en dominio del imperio greco-sirio (antiguo imperio de Alejandro el magno). Se prohibieron los sacrificios diarios, y fue erigido un altar a Zeus encima del altar del holocausto (del templo de Jerrusalem). En dicha ceremonia, las autoridades greco-sirias quemaron ejemplares de las Escrituras y, para mayor escarnio, sacrificaron una cerda en dicho altar. El historiador Flavio Josefo dice que de esto surgió la primera migración esenia. Cuando los emisarios de Antíoco IV (“epífanes”), llegaron a la pequeña ciudad de Modín, a unos 24 kilómetros al oeste de Jerrusalem, esperaban que el anciano sacerdote Matatías, se presentara ante las autoridades imperiales para dar ejemplo al pueblo. Matatías se rehusó y dio muerte tanto al enviado sirio como al judío apóstata que lo secundaba. Matatías huyó a la región montañosa de Judea, y con sus hijos formó una eficiente guerrilla en contra de los sirios. Muerto el anciano Matatías (año 164 antes de Cristo) tomó el mando su hijo Judas, conocido como el macabeo (en hebreo “el martillo”).
JUDAS retomó Jerrusalem, purificó el templo, y restableció las ofrendas diarias (año 146 a. C.). Poco después de la victoria de Judas, murió Antíoco IV, pero las luchas continuaron como por unos 20 años. Judas muere heroicamente y lo sucede su hermano Jónatan.
JONATÁN dio muestras de arrojo y valor insuperables, y conduce a la nación por sendas de independencia. Jónatan era reconocido como sumo sacerdote, y fue asesinado en el año 142 a. C. y le sucedió su hermano Simón.
SIMÓN protagonizó numerosos episodios de batallas, y la nación de Israel, en una elección popular, lo eligió “sumo sacerdote para siempre”, hasta que se levantara un profeta digno de fe (1 Macabeos 14: 41). Con esto quedo fundada la dinastía conocida como Los Asmoneos. Israel conoció algo de tranquilidad hasta que Simón fue asesinado por Tolomeo (yerno suyo) en el año 135 a. C. y le sucedió su hijo Juan (Juan Hircano I).
JUAN HIRCANO I reinó desde el 134 al 104 a. C. y sus sucesores se apartaron cada vez más de la tradición judía, y trataron de gobernar el país al estilo de otros reyes de la época, con el apoyo de una aristocracia ambiciosa. Se desató una persecución contra quienes insistían en retornar a la vieja fe y a la autonomía judía, por la que habían luchado heroicamente los macabeos. Se formaron facciones partidistas, y de esta época es la formación de las órdenes de los fariseos, los saduceos y los esenios. A Juan Hircano I le sucedió su hijo Aristóbulo I, quién reinó desde el 104 al 103 a. C. y fue el primero de los macabeos en recibir el título de “rey de los judíos”. A Aristóbulo I loe sucedió Alejandro Janeo.
ALEJANDRO JANEO reinó desde el 103 al 76 a. C. Fue un tirano que dejó el poder en manos de su madre Alejandra. Alejandra tuvo un reinado relativamente tranquilo. A la muerte de Alejandra, su hijo Aristóbulo II desposeyó del trono a Juan Hircano II, quién reinaba desde la muerte de Alejandro Janeo.
JUAN HIRCANO II reinó desde el 76 al 67 a. C. y en el “golpe” que dio Aristóbulo II, Antípater, gobernador de Idumea, apoyó a Juan Hircano II y soplaron vientos de guerra. Pompeyo (el general romano) marchó a Judea con sus legiones para afirmar las aspiraciones romanas.
ARISTÓBULO II reinó desde el 67 al 63 a. C. y trató de defender a Jerrusalem contra Pompeyo, pero los romanos tomaron la ciudad y, sorprendentemente respetaron el templo y sus tesoros. A su vez, en Roma, Marco Aurelio también apoyó la causa de Juan Hircano II. Tras el asesinato de César y de Antipater (padre de Herodes “el grande”), quien había virtualmente gobernado a Judea; Antígono, hijo de Aristóbulo II, intentó apoderarse del trono y gobernó por algún tiempo a Jerrusalem. Pero Herodes, hijo de Antipater, regresó de Roma y se constituyó rey de los judíos con el apoyo de Roma. Su matrimonio con Mariamne, nieta de Juan Hircano II le proveyó de un enlace con la dinastía de los macabeos.
HERODES EL GRANDE reinó desde su usurpación al trono en el 62 a. C. hasta su muerte en el 4 a. C. Era hijo de Antipater y de Cipro, hija de un príncipe árabe. No era, pues, de origen judío y ninguna de sus 10 esposas es mencionada en la Biblia. La familia herodiana hizo su entrad en la historia del pueblo judío en tiempos de Juan Hircano I, hijo de Simón Asmoneo, quien después de subyugar a los idumeos los incorporó al estado judío, forzándolos a guardar la ley mosaica. Una vez involucrados en los asuntos “israelitas”, no tardaron en inmiscuirse en la política del país. Herodes fue uno de los gobernantes más crueles de todos los tiempos. Asesinó al venerable Juan Hircano II (año 31 a. C.), y dio muerte a su esposa Mariamne y a dos hijo habidos con ella. Desde su lecho de muerte ordenó asesinar a Antipater, hijo de él con otra mujer.
En las Escrituras Herodes es conocido por el asesinato de los niños judíos en su propósito de matar al niño Jesús. Como vemos, en tiempos de Jesús el rey de los judíos era un tal Herodes Antipas, hijo de Herodes el grande, hijo de un tal Antipater, mayordomo de la corte de Juan Hircano II quien era bisnieto de Simón Asmoneo. Tal era la prosapia del rey de los judíos en tiempos del Señor Jesús.
De estas apreciaciones se entienden las palabras de Jesús cuando pregunta a Pedro: “…Los reyes de la tierra, ¿De quienes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños?”.
Es de mencionar que el cargo de sumo sacerdote, en tiempos de Cristo, era un cargo político; ni más ni menos que como ocurre hoy en día cuando se reparte el botín burocrático entre las corruptelas habituales de los gobernadores de este mundo.
Mateo 17: 26 26 “Pedro le respondió: de los extraños. Jesús le dijo: luego los hijos están exentos. 27 Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar y echa el anzuelo, y en el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo y dáselo por ti y por mí”.
Que sigan cobrando impuestos a los hijos del Rey, pescadores de almas para el reino interminable de justicia.
(Basado en las notas del maestro Ignacio Gómez Yackovich)
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