La manifestación del hijo de pecado.
BAJO LA PIEL
La manifestación del hijo de pecado (el anticristo), ocurrirá en un momento en que la economía de cierto sector poblacional del planeta, se encuentre en una situación crítica para diez regiones del mundo. Esta situación que afectará el equilibrio financiero a nivel mundial, obligará a 10 reyes o monarcas, a que hagan la concertación de un acuerdo internacional, mediante otorgarán a un gobernante, la potestad de ejercer mandato sobre los ciudadanos del mundo. Tal potestad, le permitirá dictar leyes o decretos, en materia económica, política, social, religiosa, policial y militar. Con lo cual suprimirá todo culto no acorde a su ideología religiosa e impondrá el implante de un Nano-Chip, en la frente o en la mano derecha, e incluso le harán una imagen a ese gobernante, con la pena de muerte para quienes a él y a su imagen, no le rindan adoración.
En efecto, una vez de revelado el anticristo y dar las órdenes para que con la tecnología de la Corporación VeriChip, implanten el Nano-Chip del sistema económico (666) en la mano derecha o en la frente de los ciudadanos en el mundo, y decreten la Obligatoriedad de adorarlo como a su propia imagen, los súbditos autorizados y los organismos de seguridad, actuarán enseguida sobre toda persona; y por esto es que el tercero de tres ángeles del Altísimo a gran voz proclama en contra de ello con advertencia, diciendo:
“Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, el también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que a adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre. Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesucristo (Ap. 14:9-12).”
Lo interesante e importante a favor de los escogidos de nuestro Señor Jesucristo, es la bienaventuranza que la voz venida desde el cielo, expresa para los que de allí en adelante mueran en el Señor, ya que dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen (Ap. 14:13). Este versículo perfectamente se concatena con Ap. 20:4, pues a las almas decapitadas por causa del testimonio de Jesucristo y por la Palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos, vivieron y reinaron con Cristo mil años. Estos de hecho viven, porque serán resucitados en la primera resurrección, junto con los cristianos ya fallecidos en tiempos anteriores (Ap. 20.6; y 1ª Ts. 4:13-17).
El año de los redimidos y la ira de Dios.
Manifestándose el anticristo, el Señor Jesucristo se alista para el año de los redimidos, y llega el tiempo de cumplirse la profecía de Isaías 63, que a la par de Ap. 14:17-20, Jesucristo como embriagado con su ira, viene y pisa el lagar fuera de la ciudad, y entre tanto que lo hace, sus ropas son teñidas en sangre. En este momento, hay un límite para el derramamiento de sangre, pues será hasta el freno de los caballos por 1600 estadios, lo que es equivalente a 296.000 Mts. Luego los siete ángeles predestinados para vaciar sobre la naturaleza las siete plagas postreras del furor de nuestro Dios, cada uno derrama una copa de ira, para un total de siete copas, que a resumida cuenta son las que a seguida se enumeran: 1) Ulcera maligna y pestilente sobre quienes tengan la marca de la bestia y que adoran su imagen; 2) La mar se convierte en sangre como de muerto, y muere todo ser vivo que en ella tenga vida; 3) los ríos y las fuentes de las aguas dulces se convierten en sangre; 4) el sol quema a los hombres por el intenso fulgor, 5) Tiniebla sobre el trono de la bestia, su reino se cubre de oscuridad y muerden de dolor sus lenguas; 6) el Rio Éufrates se seca para el cruce de los reyes del oriente; y 7) un gran terremoto que hace temblar toda la tierra, y así la gran ciudad (Babilonia) se divide en tres partes y caen las ciudades del mundo, toda isla huye, los montes no son hallados y del cielo cae un gran granizo, tanto que los hombres blasfeman contra Dios (Ap. Caps. 15-19).
El comienzo del mal contra la gran ciudad (Babilonia), ocurre desde el derramamiento de la séptima copa, y ella viene a memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira, de modo que una voz desde el cielo le anuncia a su pueblo, que salga de allí, para que no partícipe de los pecados de ella, ni reciba parte de sus plagas (Ap. 16:19; y 18:1-4).
El rapto de los escogidos de Nuestro Señor Jesucristo.
El rapto de los escogidos de nuestro Señor Jesucristo, ocurre después de varios escenarios bastante significantes, tales como: 1) la revelación del hijo de pecado; 2) persecución, encarcelamiento y muerte en contra de verdaderos cristianos; 3) la actuación de los dos olivos en contra del anticristo y en apoyo a la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo; y 4) entre otras cosas que han de suceder, estrellas caerán del firmamento, el sol de nuestro sistema solar se entenebrecerá y la luna así no dará su luz; y por esto las potencias de los cielos serán conmovidas. Ocurridos estos eventos, nuestro Gran Redentor y Salvador Jesucristo ha de descender del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo, resucitarán primero; y luego manda a sus ángeles, para levantar a los escogidos desde los cuatros lados de la tierra, tanto a los ya resucitados, como a los que no precedieron a quienes estaban fallecidos (1ª Ts. 4:13-17).
La guerra de Armagedón:
Levantados los escogidos de Jesucristo para recibirlo en el aire, el Anticristo se prepara con sus ejércitos a fin de guerrear contra el Cordero de Dios. Pero el Cordero los vencerá porque es Rey de reyes y Señor de señores. Esta situación extraordinaria y nunca antes vista en el mundo, ocurre así:
“El cielo es abierto, y he aquí un caballo blanco, montado por quien es fiel y Verdadero, que con justicia juzga y contiende con todos sus adversarios. Su ropa está manchada en sangre y su Nombre es el VERBO DE DIOS. Al cual en caballos blancos las huestees celestiales lo siguen, ataviados con refinados lienzos blancos y limpios.” Y de Cristo sale una espada aguda, que es su palabra, con la que herirá a los países y los regirá con vara de hierro; y en cumplimiento a la profecía de Isaías 63, él pisa el lagar del vino del furor de la ira del Dios Todopoderoso. Con la cual todos los ejércitos de parte del anticristo perecen, y el hijo de pecado es capturado, y después las aves de rapiña que vuelan en medio del cielo, vienen y comen carne de reyes, de oficiales, de fuertes, de caballos, de sus jinetes, de pequeños, grandes libres y esclavos (Ap. 19:18-21).
La aprehensión de Satanás.
Aprehendido el anticristo tras la muerte de sus ejércitos, Satanás por tanto resulta derrotado, y un ángel de parte de Dios, lo ata con una gran cadena y lo encierra en la prisión del abismo durante mil años (Ap. 20:1-3). Luego Satanás es soltado para darle la derrota final, cuando el campamento de los santos es sitiado por los ejércitos de Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal, de tierras de Magog, y estos son destruidos con fuego y azufre dentro del territorio de Israel, y tras de lo cual Satanás es echado en el lago que arde con fuego y azufre para siempre, donde con él estarán, sus ángeles, el anticristo y el falso profeta (Mt. 25:41; y Ap. 20:7-10).