Las familias en el reino de los cielos
Con Jesús llegó la revelación sobre el reino de los cielos, y lo que ocurrió en sus regiones. Mediante parábolas mostró que en los cielos el Padre celestial sustenta un gran reino, cuya organización básica son las familias, y que fue intervenido por un enemigo; pero donde finalmente la maldad dejará de ser, para que el amor y la justicia brillen como el sol, así como lo declaró el Maestro Jesús.
Desde la parábola del sembrador lo explica, mostrando los cielos como el lugar donde fructifican en abundancia las siembras del Padre celestial… hasta que surgió el malo con la intención de adueñarse de los plantíos, o de usurpar el reino de Dios, y por esto se inicia el plan restaurador-
“El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue...”
La buena semilla de los plantíos celestiales, o de estos trigales sembrados en los cielos, representan a los hijos de Dios que comparten su bienestar alrededor de las familias; ese es el sentido de la creación, y de acuerdo con esto se restablecerán las cosas; “Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos” (Mateo 8.11). De la misma forma Dios trazó su plan restaurador con las descendencias de los adámicos, y con su simiente se establece un pueblo que recibe al Prometido, al Hijo del Hombre, quien tiene en su imagen el resplandor del Padre celestial.
Precisamente la parábola del sembrador plasma que hubo algún tiempo en que la simiente del hombre en los cielos era “buena semilla” plantada en el “campo”, y que este agros es el kosmos (“el campo es el mundo”), en el cual, estaban los hijos del reino, con el esplendor de la buena semilla, un código genético para vida indisoluble, así como fue hecho Melquisedec “que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios…” (Hebreos 7.3). Por la misma razón, y después de resucitar para obtener vida eterna, Jesús es hecho sumo sacerdote según “el orden de Melquisedec”; según el ‘orden’ del griego ‘taxis’, según ese estilo, condición, o calidad de vida inconmovible.
Con la rebelión el maligno también sembró su semilla en los cielos, ante lo cual se inicia un plan restaurador desde la tierra... “nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2Pedro 3.13)
“Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo…
el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas”
De nuevo Jesús revela el proyecto más alto de la creación, las galaxias se anidan para abrigar con bienestar a las familias del hijo del hombre, a quien siempre se relaciona con las siembras en los cielos, desde estas parábolas.
“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo…”
Por esto se explica que el universo es como un viñedo plantado, donde las familias deben beneficiarse con su organización, “Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña…”
“Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la cercó de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos”
El Padre de familia junto a su hijo permanecen en las enseñanzas de Jesús acerca del reino de los cielos y sus siembras; y desde luego también la mujer está presente como integrante del eje familiar: “El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado”
Jesús confirma que existe un reino en los cielos, un orden administrativo, en las regiones celestes del infinito universo, conformado por estrellas y constelaciones, planetas y los vastos mundos que contiene. En esos cielos, Jesús revela que existe un reino en particular, donde las familias desempeñan el rol esencial.
Un reino consta de una región con habitantes subordinados al rey. Esto implica un organigrama encabezado por el monarca, y muchos dominios bajo su poder, con príncipes, y toda clase de autoridades que le obedecen, para que la dinámica del reino cumpla los designios de su gobernante.
En el Salmo 103.19 David señala claramente que “Jehová estableció en los cielos su trono, Y su reino domina sobre todos”
Justamente el apóstol Pablo, encargado de llevar conocimiento a las naciones sobre el Evangelio, y el acercamiento del reino de los cielos a los hombres, resaltó que lo invisible de Dios, ‘su eterno poder y deidad, se deja ver desde la creación del mundo, siendo entendido en las cosas creadas’. Asimismo entre todas las cosas creadas visibles e invisibles, existentes en los cielos y en la tierra, destacó muchos tronos, dominios, principados y potestades, o autoridades, creados para el Hijo de Dios, quien es su ‘imagen’; y que el hijo ‘antecede a todas las cosas, y en él todas las cosas subsisten’.
Colosenses 1.15-16 Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
“En la casa de mi Padre muchas moradas hay… ” La Biblia proyecta un organigrama administrativo establecido en los cielos, donde las familias son la estructura básica, y alrededor de las cuales giran los propósitos más sublimes, porque en Jesucristo toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra (Ef 3.15), las familias son la causa de la restauración y del proyecto celestial… “Él les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas”