Esta carta representa la fuerza y la convicción de Wendy, una madre valiente y consciente de que el SISTEMA EDUCATIVO MANIPULADOR en el que vivimos está al servicio de alguien que no está interesado en la libertad del ser humano. La “enseñanza libre” nos indoctrina mentalmente desde la infancia, el sistema educativo está al servicio de LOS AMOS del ser humano para criar pequeños borreguitos humanos, los cuales, más tarde serán fieles sirvientes a sus PASTORES, serán esclavos-trabajadores de por vida; sumisos y acallados.
Lee detenidamente este mensaje y reflexiona. Wendy es una pionera en un rebaño humano que cada vez tiene más cabezas de ganado saltandose la valla del corral.
¿TE ATREVES A DESPERTAR?
DESPERTARES
Hola me llamo Wendy van der Water y he escrito este articulo, vivo en Tenerife y mis 4 niños (13, 9, 6 y 2 años) no van al colegio ya hace 3 años.
Observé un daño tan grande y un desarrollo tan insano, que hemos elegido un camino personal, hace algunas semanas he terminado esta carta que refleja mi opinión personal, espero que les pueda ser útil,
un abrazo,
Wendy
¿No estáis de acuerdo conmigo en que los colegios se parecen más a cárceles que a lugares acogedores?
Nuestro sistema educativo y el desarrollo sano de los niños es una contradicción (no son compatibles).
A los niños no les está permitido ir a otra clase o a otro lugar.
Así se consigue el primer paso: que el niño se adapte a un sistema jerárquico.
El hecho de estar en una clase de la cual no se pueden ir les enseña a aceptar que alguien les determine una posición que no pueden cambiar, sin permiso de la autoridad.
¿Alguien se interesa por todas tus tareas y notas en todos los años que dedicaste al colegio, sin que pudieras quejarte ni cambiar de sitio, sino sólo cumplir con lo que se te ordenaba?
No, pensamiento erróneo; hay personas interesadas que tú cumplas y funciones en el sistema escolar, no que te quejes, ni que decidas por tu cuenta, irte a otro lugar o hacer otras cosas.
Se enseña a los niños a estar apagados o encendidos cómo y cuándo quiera el profesor (autoridad indudable).
Tienen que prestar 100% de atención a lo que el profesor enseña (igual es si les interesa o no), aunque los niños quieran saltar, moverse o hablar entre ellos.
Conozco bastantes profesores que se sienten impotentes delante del sistema educativo, se enferman, están frustrados y se sienten incapaces de actuar como quieren realmente en su aula.
¡Niños aprenden a obedecer, contra su propia voluntad!
El profesor tiene la autoridad; él elige sobre derechos, deberes, normas y reglas y la opinión de los alumnos no cuenta.
Con sus premios y castigos el profesor tiene el control.
Sus órdenes son indudables para que no se cree individualidad.
Porque la individualidad es un peligro para el sistema y una contradicción en la teoría de las clases.
Ya esta eliminada gran parte de la individualidad.
En el colegio, a un niño no se le permite elegir por si mismo.
Para ir al baño tiene que preguntar.
No puede moverse como quiere, tiene que estar en su sitio, salvo en el recreo (y aún así, también está bajo control).
¿¡QUÉ RARO ES QUE HAYA TANTOS NIÑOS (y adultos) CON PROBLEMAS DE DIGESTION, NO!?
Para hablar con sus amigos necesita permiso, y casi nunca lo tiene.
Para satisfacer necesidades primarias necesita permiso, comer, beber, etc.
La autoridad en el colegio no desea que el niño se haga preguntas, dudando sobre lo que se le está enseñando (que se toma como una verdad absoluta). No hay lugar para estas dudas, para que el niño crezca con una capacidad crítica sana.
Somos educados para ser dependientes de otra persona, para satisfacer sus necesidades básicas.
Con este poder se separan los niños buenos de los niños malos, los buenos hacen caso con un mínimo de resistencia y entusiasmo. De los millones de cosas bonitas e interesantes que se pueden estudiar, averiguar o descubrir, el profesor elige (lo eligen los que pagan al profesor) unas cosas y se les obliga a aprenderlo de un modo tedioso. Así se mata la curiosidad y se entrena la conformidad. Los niños malos luchan. Quieren elegir ellos, se enfrentan o se esconden.
Hay entrenamientos de dependencia. Los niños buenos esperan hasta que el profesor les dice lo que tienen que hacer. Lo importante es que aprenden que alguien mejor, más importante o más sabio (¿!?) te dice lo que tienes que hacer. Esta persona da o quita importancia a tu vida.
Hay procedimientos para romper la voluntad de aquellos que muestran resistencia.
El niño siempre esta observado, no hay privacidad; ni un lugar, ni un tiempo privado. Los cambios entre las clases son cortos para evitar auténtica fraternidad. Se anima a los estudiantes a competir entre ellos, a denunciar lo que hacen mal (el “encargado de la clase”) y también se anima a los padres a observar a sus hijos y eventualmente traicionarles para el mejor funcionamiento del sistema.
Del hecho de estar siempre observado aprendes que no puedes confiar en nadie. Si quieres controlar una sociedad tienes que tener observados siempre a los niños (los efectos de esto ya se han automatizado en su personalidad cuando son adolescentes, o incluso mucho antes).
Se les enseña desconfianza.
El profesor manda tarea para casa para que ahí tampoco tengan tiempo libre para hacer o aprender algo que les apetece y para provocar una situación desagradable en el entorno familiar.
(Vamos a ser sinceros, ¿cuantas veces presionamos y hemos sido presionados por las tareas escolares?)
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