EL LUGAR ESCOGIDO POR IEUÉ ELOHEI PARA PONER SU NOMBRE (Dt. 12:5-19)

“El lugar que IEUÉ escogiere de entre todas las tribus donde poner allí su Nombre, para su habitación, ese buscareis, y allí iréis. Y allí llevareis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos y la ofrenda elevada de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias, y las primicias de vuestras vacas  y de nuestras ovejas, y comeréis allí delante de IEUÉ Vuestro Dios y os alegrareis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en la cual IEUÉ tu Elohei te hubiere bendecido.

Al Lugar que IEUÉ vuestro Eloá escogiere para poner en el su Nombre, allí llevareis todas las cosas que yo os mando; vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hubiereis prometido a IEUÉ. Y os alegrareis  delante de IEUÉ vuestro Eloá, vosotros, vuestros hijos, vuestros siervos, vuestras siervas, y el levita que habita en vuestras poblaciones, por cuanto no tiene parte ni heredad con vosotros. Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que quieras, sino que en el lugar que IEUÉ escogiere en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando.

No comerás en tus poblaciones, el diezmo de tu grano, de tu vino o de tu aceite, ni las primicias de tus vacas, ni de tus ovejas, ni tus votos que prometieres, ni las ofrendas voluntarias, ni las ofrendas elevadas de tus manos, sino que delante IEUÉ tu Elohei la comerás, en el lugar que IEUÉ tu Elohei hubiere escogido, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita que habita en tus poblaciones; te alegrarás delante de IEUÉ tú Elohei de toda las obras de tus manos. Ten cuidado de no desamparar al levita en todos tus días sobre la tierra.”

En Deuteronomio 12:5-19, IEUÉ Elohei es muy estricto e imperativo en todo cuanto al pueblo de Israel,mandó a efectuar en el lugar que escogiera para poner su Nombre. Lugar que sería único para los israelitas poseedores de tierra y de otros bienes predilectos, cumplir el diezmoy degustarlo con sus hijos e hijas, siervos y levitas con alegría delante de IEUÉ Elohei; y allí debían también cumplir las ofrendas voluntarias y las ofrendas elevadas. Debían los israelitas en tanto cuidarse de no comer en sus poblaciones, el diezmo del grano, del vino o del aceite, ni las primicias de sus vacas, ni de sus ovejas, ni sus votos que prometieran, ni las ofrendas voluntarias, ni las ofrendas elevadas de sus manos, ya que todo esto estaba predestinado a cumplirse en el lugar que dentro de una de las doce tribus de Israel, IEUÉ Eloáescogiera para poner su Nombre. En este lugar que por cierto fue el Templo de Dios en Jerusalén de Judea, tenían que cumplir todo cuanto Dios le mandó.

IEUÉ Elohei le da tales mandamientos al pueblo de Israel, cuando todavía estaba fuera de Canaán, y ellos por ende le darían cumplimiento al estar dentro de la tierra prometida, específicamente en el mismo lugar donde Abraham fue probado por Dios, diciéndole que sacrificara a su hijo Isaac, y curiosamente fue en el mismo sitio donde más tarde de este acontecimiento, el Patriarca Iekob (Jacob), soñó con una escalera en la cual ángeles de Elohei subían y bajaban, y IEUÉ estando en lo alto de ella le dijo: “Yo soy IEUÉ, el Elohei de Abraham tu padre, y el Elohei de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. He aquí yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra, porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho” (Gn. 28:12-15). Y despertó Iekob de su sueño, y dijo: Ciertamente IEUÉ está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cual terrible es este lugar! No es otra cosa  que casa de Dios y puerta del cielo. Y se levantó Iekob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella. Y llamó aquel lugar Betel, aunque luz era el nombre de la ciudad primero. E hizo Iekob (Jacob) voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si yo volviere en paz a casa de mi padre, IEUÉ será mi Dios. Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti (Dt. 28:16-22).”

De ese sueño que Jacob tuvo, es impresionante dilucidar la revelación del lugar que Dios escogería para poner su Nombre; y lo que según el designio de la Divinidad, tendría relación acerca del cumplimento de todo cuanto enDt. 12:5-19, les mandó que hicieran. De allí consistiría el cumplimiento del voto hecho por Iekob (Jacob), de que si IEUÉ lo guardaba, le daba pan para comer, vestido para vestir y volvía en paz a casa de su padre, sería entonces su Dios, y que la piedra habría de ser la casa de Dios y luego todo cuanto Dios le diera le apartaría el diezmo.

Cuya casa o templo terrenal del Dios Altísimo, de verdad fue construida en el mismo lugar donde Jacob había visto en sueño la escalera celeste, lo que al principio se llamaba Luz y Betel, y posteriormente Jerusalén. Aquí exclusivamente, sería el lugar que conforme a la palabra de Elohei, debían los israelitas cumplir con el diezmo, las ofrendas voluntarias y las ofrendas elevadas. Diezmo que todo quien tuviera tierra productiva y otros bienes predilectos, debía con sus hijos e hijas, siervos y levitas comerlo con alegría delante de IEUÉ Dios.

Ese lugar que IEUÉ Elohei escogió para poner su Nombre (templo terrenal en Jerusalén), estaba predestinado a desaparecer, porque no tendría sentido mantenerse en pie y seguir existiendo los rituales o costumbres que se hacían de tiempo en tiempo. Las observaciones y las razones son las siguientes:

- Entre los rituales se hacía el sacrificio de animales para la expiación de los pecados del pueblo, bajo la dirección del sumo sacerdote.

- El sumo sacerdote entraba al lugar santísimo de año en año para interceder por sus propios pecados y por los pecados del pueblo, y en este tiempo se hacía fiesta con solemnidad, era una forma de diversión y alegría del pueblo con comidas, bebidas y abluciones de la carne.

- Vendría un nuevo sacerdote no de la línea levítica, sino uno de una tribu que nunca sirvió al altar. Por lo tanto se daría un cambio de sacerdocio y un cambio de ley.

- Un nuevo templo que no precisamente una edificación, sino el cuerpo mismo del Señor Jesucristo, donde mora plenamente la totalidad de la Divinidad, y en quien Elohei puso su Nombre sobre todo nombre.

- El sacrificio del testador para que con su sangre mediara ante Dios por todo el pecado del pueblo, y ya no como se hacía de año en año, sino una sola vez y para siempre.

   A diferencia de la casa que en Jerusalén fue edificada por el hombre para Elohei, y en la que allí bajo la administración y dirección del sacerdocio levita se cumpliera el diezmo, las ofrendas voluntarias y las ofrendas elevadas, ahora es Jesucristo la morada de Elohei, y en la que Él puso su Nombre. Es a Cristo a quien los israelitas y los de otros linajes deben acudir para venir al Padre y ser perdonados de sus pecados, sin tener que pagar nada a cambio, porque ya él nos compró a precio de sangre. El cambió la ley Mosaica por la ley de la Gracia, del Espíritu y de la Libertad, en la que ahora no se exige diezmo ni la circuncisión ni otros preceptos de ley, con los que el pueblo de Israel estaba bajo maldición. (Dt. 11:28-29; 27:11-26; y 28:15-68). Sin embargo a los gentiles se les manda conforme a lo que en el primer concilio de Jerusalén, le pareció bien al Espíritu Santo y a la iglesia de Cristo, que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de la cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien (Hch. 15:19-20, 24, 28-29).